Defendiendo alamujer cavernícola
¿Edad? ¿Experiencia? ¿Versatilidad? ¿Premios? ¿Preparación?
¿Qué es exactamente lo que hace que una simple mortal ascienda a la categoría de primera actriz?
Tratar de dar respuesta a estas interrogantes resulta, por decir lo menos, complicado.
Sin embargo, luego de ver a Lolita Cortés y Dalilah Polanco alternando en el montaje unipersonal Defendiendo a la mujer cavernícola, me atrevo a asegurar que se han ganado, y por mucho, el título de primera actriz.
La expectación y las expectativas que existían por conocer esta obra, luego del éxito de 11 años continuos de su versión masculina, eran muchas.
Cabe aclarar, de entrada, que no se trata del mismo texto que durante 11 años presentó César Bono, y que escribió el estadunidense Rob Becker. Defendiendo a la mujerca vernícola fue escrito por la dramaturga sudafricana Emma Peirson, y fue tal la aceptación que en su temporada de arranque estuvo durante 13 años en su país natal, y de ahí brincó a Europa para empezar con el pie derecho su conquista del planeta.
En la víspera de su boda, la protagonista de esta historia hace un recuento de su relación con el hombre con el cual está por unirse para toda la vida, y al hacerlo reflexiona también sobre lo que significa ser mujer en un mundo en el que lo masculino es, y ha sido desde siempre, la regla.
No se trata de una crítica lacerante, sino de una comedia ágil, ingeniosa, realmente muy divertida y nada fácil para su intérprete, quien durante dos horas materialmente no para, pues además de hablar, hablar y hablar, baila, se cambia de vestuario, interrelaciona con los espectadores.
Todos conocemos las dotes de Dalilah Polanco para la comedia, género en el que se ha labrado prestigio, pero poca gente conoce los enormes atributos que posee Lolita Cortés en este terreno. Se le ubica en el mundo del teatro musical, sin conocer que en la comedia, Lola también es “una bala”.
Ya tuve la oportunidad de ver a ambas actrices y no sabría con quién quedarme. Ambas están estupendas.
Felicitación también para el director de escena, Jaime Matarredona, quien no deja de sorprenderme por su versatilidad. La comedia no es un género menor, y Defendiendo a la mujer cavernícola es un botón de muestra.