Milenio

Condenan a 80 años de cárcel al guatemalte­co Ríos Montt

Un tribunal lo declaró culpable de la matanza de mil 771 indígenas mayas ixiles durante su gobierno de facto entre 1982 y 1983; es un “show político internacio­nal”, dijo el ex dictador

- Agencias/ Ciudad de Guatemala

El ex dictador guatemalte­co Efraín Ríos Montt calificó ayer como un “show político internacio­nal” su condena a 80 años de prisión por genocidio y otros crímenes de lesa humanidad, y anunció que va a apelar la sentencia.

“Es un show político internacio­nal que va afectar el alma del pueblo guatemalte­co, pero nosotros tenemos paz porque nunca derramamos o nos manchamos las manos de sangre de nuestros hermanos”, aseguró Ríos Montt en su primera reacción, en medio de un revuelo de periodista­s y familiares de víctimas de masacres que gritaban y aplaudían en la abarrotada sala de la Corte Suprema de Justicia.

Treinta años después de haber gobernado con mano de hierro, el anciano general empezó a ser juzgado el 19 de marzo y ayer fue sentenciad­o a 80 años de prisión —50 por genocidio y 30 por otros crímenes de lesa humanidad— por un tribunal que lo responsabi­lizó de la matanza de mil 771 indígenas mayas ixiles en el departamen­to de Quiché (norte) durante su gobierno de facto (1982-1983). En tanto, su ex jefe de inteligenc­ia militar, José Mauricio Rodríguez, fue absuelto de los mismos cargos.

En tono desafiante, visiblemen­te molesto, el general retirado aseguró que los jueces no atendieron la pruebas que según lo exoneran ni el debido proceso. “En consecuenc­ia los señores abogados tratarán de anular la sentencia de hoy”, aseguró.

“Ahora me voy a preparar para irme a prisión, no se preocupen, no tengo mucha angustia, no tengo mucha pena”, declaró con una risa irónica, para luego señalar que no obstante lo lamentaba por su familia.

“Pero de todas maneras de forma personal, no tengo angustia porque he cumplido con la ley (...) La única manera de tener paz es haciendo justicia y precisamen­te de eso adolecemos hoy”, subrayó.

Poco antes de que se emitiera la sentencia, Francisco Palomo, uno de los abogados de Ríos Montt, había asegurado tener “armas legales” para apelar en caso de que la sentencia “saliera mal para nosotros”. “Lo mínimo que se espera es una sentencia condenator­ia; ya sabemos, eso es obvio, a ese Tribunal entran 100 personas y salen condenadas 101, así de sencillo”, había dicho Francisco García, otro de los defensores del ex dictador, al acusar al tribunal de total parcialida­d.

Las organizaci­ones de derechos humanos esperaban la sentencia. “Sí hubo genocidio”, reza en letras rojas una enorme manta negra que colocaron activistas en una plaza frente a la Corte.

EL PRIMERO DE AL

El temido Efraín Ríos Montt, de 86 años, primer ex dictador latinoamer­icano condenado por genocidio, encabezó un corto pero duro régimen durante el cual se perpetraro­n las peores masacres de indígenas, en la época más violenta de los 36 años de guerra civil.

Un tanto robusto, de estatura baja (menos de 1.70 metros), Ríos Montt siempre se presentó a las audiencias con impecable traje formal oscuro, su bigote bien recortado y gel en su cabello cano. Usa anteojos y durante todo el juicio unos audífonos para escuchar mejor, pero pese a su edad no tiene mayores problemas de salud. “No soy genocida (...) Nunca autoricé, nunca firmé, nunca ordené que se atentara contra una raza, una etnia o una religión. ¡Nunca lo hice!”, aseguraba el jueves Ríos Montt, en el banquillo de los acusados, con su voz áspera y firme, al declarar inocencia en víspera de que se emitiera la sentencia.

En el marco de las operacione­s contrainsu­rgentes, su régimen ejecutó la política de “tierra arrasada” sobre poblacione­s indígenas del norte y noroeste del país, a las que acusaba de apoyar a la guerrilla.

El juicio dividió a los guatemalte­cos. Unos afirman que en Guatemala hubo violacione­s a los derechos pero no genocidio, entre éstos el actual presidente Otto Pérez, un general retirado experto en contrainsu­rgencia; mientras que otros sostienen que los informes de la ONU y la Iglesia católica documentan que sí ocurrió.

Un informe de las Naciones Unidas de 1999, presentado por la fiscalía en el proceso contra Ríos Montt, documentó 626 masacres —500 en aldeas arrasadas— consignó que hubo “genocidio” y precisó que entre 1978 y 1984 ocurrió 91 por ciento de las violacione­s de derechos humanos de la guerra (1960-1996), que dejó 200 mil muertos y desapareci­dos.

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El ex militar gobernó tras un golpe de Estado en plena guerra civil guatemalte­ca.

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