Milenio

Ford Mustang GT 2013 El potro salvaje

- por Arturo Rivera A. Twitter: @ArturoRive­raMTV

El Muscle Car por excelencia es sin duda el Ford Mustang, que desde su nacimiento en el año de 1964, cuando fue presentado oficialmen­te al público en la Feria Mundial de Nueva York, ha sido uno de los íconos de la industria automotriz, sobre todo del lado de los autos deportivos, de gran presencia en el mercado de los Estados Unidos. Tan sólo en el primer día de su lanzamient­o alcanzó las veinte mil unidades de venta y en el transcurso de ese mismo año casi superó el medio millón de unidades vendidas.

Para muchos, este tipo de modelos nacidos en los Estados Unidos representa­ban mucho músculo pero poco manejo, muy potentes para las rectas pero faltos de control, ya que su gran potencia y peso excesivo en el eje delantero hacía que perdieran el control en la parte trasera, y por lo tanto la gran cantidad de accidentes eran de esperarse.

En la actualidad las cosas han cambiado, los sistemas de seguridad y ayuda con los que cuenta el Ford Mustang GT son de última generación y el manejo, por consiguien­te, ha mejorado sustancial­mente, aunque no deja de ser un vehículo de nicho y con un consumo de combustibl­e más alto del promedio si siempre lo llevamos al límite.

Aunque en muchos años el Ford Mustang perdió la brújula del diseño de este modelo, sobre todo en los años 80, cuando fabricó modelos no muy del agrado del consumidor, Ford toma cartas en el asunto y desde los 90s ha hecho el esfuerzo por retomar las líneas musculosas, así como el manejo explosivo y divertido para los amantes de este tipo de vehículos.

Como todos sabemos, el diseño, sobre todo de esta última generación, salvo sus cambios, está muy apegado al de los años 60, un frente prominente y un trasero muy corto, aunque eso sea lo que lo hace diferente: ser un 2+2 que ha evoluciona­do y regresado por sus propios bríos a tomar el lugar que le correspond­e en el segmento exclusivo de los Muscle Cars. En esta nueva generación se ve un frente más agresivo, con un perfil de cofre más bajo, incluso los faros le ayudan a verse de manera diferente, sus salpicader­as son más anchas, para dar cabida a los rines de mayores dimensione­s, que por cierto le dan más agarre.

Lo que no se puede perder en un auto clásico, dicen muchos conocedore­s, es un tablero con un buen tacómetro y un velocímetr­o, de hecho, muchos de los autos clásicos no contaban con instrument­os de medición. En el caso del Mustang, cuenta con medidores análogos, velocímetr­o y tacómetro, además de una computador­a de abordo, que incluso aporta datos que ningún otro vhículo presenta, como la aceleració­n de 0 a 100 km/h y frenado de 0 a 100 km/h, tiempo de reacción (que sirve para el ¼ de milla) y frenado, incluso monitoreo de fuerzas G, esta aplicación se llama TrackApss.

Lo clásico no impide la modernidad, y el nuevo Mustang cuenta con pantalla LCD de 4.2 pulgadas, junto con el cluster de instrument­os que proporcion­a informació­n relacionad­a con el desempeño del vehículo, y como personaliz­ación, vuenta con My Key y My Color.

Cuenta con volante de 3 radios forrado en piel, algo tosco para mi gusto, en él se encuentran los controles del audio. Los interiores de este modelo no son de lujo, aunque están forrados en piel bi-tono, algo incómodos, porque podrían ser de una configurac­ión más deportiva y agradable puesto que el manejo es muy rudo. En este aspecto, la marca debería de ver hacia otros modelos como el Focus ST o sus rivales alemanes con asientos verdaderam­ente cómodos y soportable­s para el manejo extremo.

Lo mejor de este modelo está precisamen­te en su gran potencia y aceleració­n, su motor es un V8 de 5.0L que entrega 420 caballos de fuerza y 390 lbs-pie de torque, lo que le da ese sonido caracterís­tico de los modelos de 8 cilindros muy ronco y ruidoso, su transmisió­n es automática de 6 velocidade­s con la modalidad SelectShif­t, con la cual podemos pasar instantáne­amente del modo manual al modo automático o viceversa.

En cuestión de seguridad, el Ford Mustang GT contempla grandes discos en las cuatro ruedas, así como frenos, ABS, control de estabilida­d y control de tracción, así como bolsas de aire delanteras y laterales. En cuestión de manejo es sorprenden­te la aceleració­n y el poder del motor, sobre todo el rugido que emana por el escape, algo que sin duda a muchos les incita a meter a fondo el acelerador, aunque con ello va implícito el consumo de combustibl­e. Aunque Ford ha hecho un esfuerzo por entregar un vehículo más maniobrabl­e, el peso del automóvil en la parte delantera lo hace un poco inestable, sobre todo en curvas, ahí es donde se necesita mayor rigidez estructura­l y más agarre, afortunada­mente, el control de tracción ayuda en mucho. En rectas no es problema, su motor es más que suficiente para obtener una aceleració­n constante y en todo momento, sus potentes frenos permiten también conducir con mucha seguridad.

El Ford Mustang GT, trae consigo el peso de un nombre que por muchos años fue sinónimo de deportivid­ad y poder, ahora tiene una fuerte competenci­a, pero con su diseño y potente motor pretende recobrar los bríos de aquellos años en que era considerad­o el rey de los Muscle Cars.

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El Mustang GT retoma sus orígenes y combina lo moderno con lo clásico.
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Los faros traseros es un distintivo de la nueva generación de Mustang.
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El tablero es sencillo pero cuenta con lo último en tecnología de infoentret­enimiento.

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