Milenio

Los dolores que aquejaron a Pumas en CU

- Higinio Robles/ Ciudad de México

Al fi nal del partido contra América, el entrenador de Pumas y los propios jugadores mandaron el mensaje de que aún hay vida y que pelearían por la calificaci­ón en el estadio Azteca, a falta de 90 minutos hay varios detalles que Universida­d deberá corregir para aspirar, primero a mejorarse a sí mismo, luego a mostrar una mejor cara y después a marcar dos goles a las Águilas y, por último, evitar que América tenga las mismas libertades en ataque.

LA MOVILIDAD DE SAMBUEZA

El volante argentino Rubens Sambueza arrancó jugando por izquierda, poco a poco se fue metiendo al centro, lo que generó un problema, pues los medios de contención universita­rios no lograban sujetarlo. Cuando América atacaba, Rubens tenía libertad de acción, así se le vio por izquierda, el centro y por la derecha, lo que imposibili­tó que alguien de Pumas pudiera marcarlo fijamente, también a la hora de defender tuvo una labor importante.

SIN ANTICIPACI­ÓN DEFENSIVA

Los balones largos y a la espalda fueron una lata constante para Pumas, el primero fue cuando Christian Benítez se botó de su zona, Darío Verón lo fue a buscar, pero el ecuatorian­o ganó la posesión, filtró para Paul Aguilar, quien le ganó la espalda a Efraín Velarde. El segundo error llegó justo en la jugada del gol: en un saque de banda por la izquierda, el Maza buscó a Benítez, Marco Palacios ganó con la cabeza en la media cancha; Van Rankin vigilaba a Miguel Layún, la pelota llegó hasta la zona derecha, mientras Benítez corría hacia el frente, Palacios y Van Rankin se quedaron amarrados, Aguilar mandó un trazo largo, Benítez le sacó unos cuatro metros a Pikolin, Verón no llegó a cerrarle y permitiero­n que Chucho centrara para el gol de Raúl Jiménez.

La tercera falla llegó en el segundo tiempo, en la jugada donde Jiménez bajó el balón y fusiló para la salvada de Alejandro Palacios.

LA SOLEDAD DE ROBIN

Pumas salió a jugar con tres hombres al frente. Bravo, Cortés y Robin, pero en punta fue el paraguayo quien se estrelló con el muro americanis­ta, porque no hubo quien lo acompañara de cerca. Bravo y Cortés jugaron más pegados por las bandas, pues antes de pensar en medirse a los tres centrales americanis­tas tenían que lidiar con los laterales.

Aun así, Robin tuvo dos remates, uno cuando Bravo, por única ocasión, rompió la línea por la banda derecha, la Rata tiró la diagonal y Ramírez remató abajo, pero Muñoz le impidió el gol. La segunda cuando Luis García le habilitó, aunque no tuvo claridad en el remate que se fue por un costado ante la desesperac­ión del público universita­rio.

SIN PROFUNDIDA­D EN LAS BANDAS

Si en otros partidos Efraín Velarde y JoséCarlos Van Rankin habían tenido más atrevimien­to a la hora de atacar, el miércoles se olvidaron de ello. El Chispa no pesó por su banda, no tuvo la capacidad para generar peligro. En el duelo con Paul Aguilar salió triunfador el americanis­ta que mostró más decisión para atacar, generó tres llegadas de las Águilas y en sus pies se gestó el gol de Jiménez. Mientras, Van Rankin tampoco pesó, incluso en el gol de América se quedó colgado en medio campo.

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