el buzón de Verótika
Estoy estudiando antropología y hace poco, revisando un libro sobre los mayas, leí que los antiguos consideraban la masturbación masculina como una ofrenda a los dioses de la fertilidad y regaban con semen los campos de maíz. Me pareció interesante compartir contigo esta información. ¿Sabes más al respecto?
Abraham
Tu pregunta me apasionó, mi estimado Abraham, porque tengo antepasados mayas y es una de las culturas mexicanas que más he investigado. En el blog Mayananswer he encontrado información diversa sobre esta etnia.
Los mayas, para referirse a los testículos, recurrían al término k´u, palabra para llamar a los huevos en el nido de un ave. Entre los mayas yuacatecos se utiliza el término keep o sus sinónimos toon o xiibil para denominar al pene; u
pool keep para señalar al glande. La voz
chíim, “bolsa” o “buche”, significa también “escroto”, por la semejanza física de los dos objetos. El semen ha recibido diferentes denominaciones a lo largo de la historia. En la actualidad solamente se usa u sa’il
keep “el atole del pene” o u k’aabil toon “el jugo del pene” y, ocasionalmente, se emplea la expresión u leecheil keep, es decir “la leche del pene”.
En la misma página de internet se comenta que en la sala del posclásico tardío del Museo de Antropología de Guatemala existe una escultura procedente de la costa sur de un metro de alto que representa a un individuo sosteniendo su enorme falo en actitud de masturbarse. “Dicha pieza estuvo durante muchos años confinada a los sótanos del museo por considerarse indecente… Esta escultura está estrechamente relacionada con los ritos de fertilidad relacionados con los aspectos agrícolas y los rituales propiciatorios de las lluvias que fertilizasen la semilla sembrada en las milpas, de manera tal que si los hombres ofrendaban su sangre y su semilla viril, los dioses corresponderían mandando abundantes lluvias que fertilizaran los campos”.
Se señala que en algunas construcciones de la zona arqueológica de Uxmal se pueden ver figuras con forma de falo en las azoteas, las cuales tenían la función de llevar agua de la lluvia al suelo o a estanques. Es decir, eran representaciones de un pene vertiendo semen, pues éste, como el agua, permite la generación de vida. También se han encontrado piezas portátiles que hacen suponer que se empleaban en los ritos de fertilidad que se celebraban lejos de los sitios sagrados. Un reportaje de la revista Arqueología
mexicana informa que, como dato curioso, los mayas, al igual que los antiguos judíos y otros pueblos del viejo continente, creían que el semen se producía y almacenaba en los huesos, confundiendo la médula como el origen del viril líquido, de allí que pensaran que en ellos radicaba la fuerza de un hombre.