Recargarse sin iniciar de cero
La llegada de Mike McCoy implica que habrá una reconstrucción, pero conservan los voltios necesarios para encenderse esta temporada
San Diego ha sido por varios años uno de los equipos con más talento en la NFL y gusta jugar fuera de los reflectores, pero la campaña anterior fue un desastre y el tan cuestionado coach Norv Turner sucumbió.
Este 2013 toma las riendas Mike McCoy, quien tiene experiencia como coordinador ofensivo y que encuentra un equipo desmoralizado.
En años anteriores, la gran estrella fue Junior Seau, después LaDainian Tomlinson; hoy, Philip Rivers debe asumir el papel no solo de líder, sino de ser un
quarterback con calibre de postemporada, ya que cualidades tiene y de sobra, pero decepcionó a más de uno en 2012.
Rivers contará con armas ofensivas de alto nivel como su caballo Ryan Mathews (quien tiende a lesionarse), sus alfi les Malcolm Floyd y Vincent Brown y el siempre productivo ala cerrada Antonio Gates. Además llegó el versátil Danny Woodhead, quien proveerá a este equipo de dinamismo ofensivo.
Defensivamente, San Diego mostró buen nivel, sobre todo contra la carrera. Sus linieros permitieron solo 96.3 yardas por encuentro, ubicando esa unidad como la sexta mejor en la NFL.
La secundaria necesita sublimarse, ya que dejó huecos para explotar y tienen nuevos nombres en ese departamento. Para reforzar al conjunto defensivo fue reclutado Manti Te’o, el linebacker sensación de la NCAA que pinta para ser estrella de la Liga.
Es claro que en la NFL la llegada de un nuevo coach implica iniciar un proceso que toma alrededor de cuatro años en cuajar.
Sin embargo, Mike McCoy puede hacer funcionar antes esta máquina porque tiene una plantilla con grandes jugadores en las posiciones más importantes del tablero, y una mezcla de veteranía y juventud que si encuentra el ritmo puede regresar a postemporada.