Solicitan organizaciones reelaborar la sentencia
Proponen incluir en el proyecto criterios en materia de etnicidad y tortura sexual
Organizaciones civiles demandaron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación establecer criterios efectivos en materia de género, etnicidad y tortura sexual.
Esto ante la inminente culminación del análisis que realiza sobre el cumplimiento de las sentencias dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en los casos de las indígenas Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú.
Al aplazar la Suprema Corte de Justicia de la Nación el debate de este caso, las organizaciones consideraron que esto implica reconocer que el proyecto sometido a discusión puede ser mejorado.
De esta forma se atendió la preocupación de Inés Fernández y Valentina Rosendo, así como por sus representantes, en cuanto a que la discusión del expediente no estaba contribuyendo realmente a desarrollar los criterios y estándares sobre tortura sexual y juzgamiento con perspectiva de género y etnicidad.
Tampoco se estaban ampliando los deberes de los juzgados del Poder Judicial de la Federación, donde hoy se ventilan ambos casos de violación.
Esta preocupación fue com- partida en las observaciones formuladas por los ministros Cossío, Silva, Gutiérrez Ortiz Mena, Zaldívar y por la ministra Sánchez Cordero.
Las organizaciones saludaron el aplazamiento de la discusión para reelaborar el proyecto, lo que abre la posibilidad de que éste mejore sustantivamente.
No solo para efectos de que se introduzcan tesis que ya han sido abordadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en otros casos, sino ante todo para desarrollar con mayor detalle las obligaciones jurisdiccionales sustantivas que ambas sentencias imponen a los órganos de justicia en casos de tortura sexual, desde la incorporación de las perspectivas de género y etnicidad, en aspectos como la valoración de la prueba.
El asunto llegó a la Corte porque el 16 de febrero de 2002, Valentina Rosendo Cantú, perteneciente a la comunidad indígena Me’phaa, originaria de Caxitepec, Guerrero, fue interrogada, golpeada y violada por militares cuando se encontraba en un arroyo cercano a su domicilio. m