Corrupción y desconfianza en el sistema judicial
Ayer, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) entregó al presidente Enrique Peña Nieto el informe de resultados de los foros sobre justicia cotidiana convocados conjuntamente con 17 instituciones especializadas en el tema.
Hay que leer completo el documento de 284 páginas. Aquí le presento algunos datos que llamaron mi atención y que reflejan con claridad lo mucho que falta por hacer.
Ahí se menciona que, en 1970, Volkmar Gessner presentó su estudio “Los conflictos sociales y la administración de justicia en México”, donde reveló que en una pequeña encuesta a población abierta en tres localidades del país se preguntó si todas las personas reciben igual trato en los juzgados, o si solamente con dinero y relaciones se puede ganar un juicio. El 78 por ciento de los entrevistados señaló que “solamente con dinero y relaciones se puede ganar un juicio”, y dicha opinión resultó más negativa entre los miembros del estrato socioeconómico más bajo.
Este tema de corrupción se menciona en la encuesta nacional de victimización de empresas 2014, realizada por el Inegi, donde se reporta que de cada 10 mil habitantes, 365 dijeron haber sido víctimas de corrupción y que 44.9 por ciento de los casos estuvieron involucrados con permisos y licencias.
Y aunque no hay datos actualizados, en todas partes se habla de la corrupción en los ministerios públicos, para cualquier tipo de presunto delito, incluso si no lo hay. Esa situación lleva a otro mal: la desconfianza en el Poder Judicial.
El informe entregado ayer destaca que hay una amplia variación en los niveles de confianza en el Poder Judicial entre los países de la OCDE con resultados a 2013. “En los países nórdicos y Suiza es donde la gente reporta el nivel más alto de confianza en el sistema judicial y en los tribunales en toda la OCDE; en México, 44 por ciento de los ciudadanos confía en el sistema judicial” ligeramente abajo del promedio de 52 por ciento.
Agrega que la independencia judicial es otro factor que impulsa de manera decisiva la confianza en la justicia y en el gobierno, porque propicia condiciones atractivas para los negocios al asegurar la imparcialidad, la igualdad de condiciones para todos los participantes y la estabilidad del sistema jurídico en el que operan las empresas.
Otra encuesta de la OCDE 2013-2014 establece que en México es bajo el número de personas que cree en la independencia judicial. De hecho, de 35 países analizados, México ocupa el lugar 33, solo por arriba de España y República Eslovaca. m