Cencropam: 50 años restaurando
A su cuidado están cerca de 64 mil piezas, además de los miles de kilómetros de obra mural que existen en todo el país, dice Gabriela Gil
Todo un desafío ha significado para el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), del Instituto Nacional de Bellas Artes, preservar, conservar y rescatar el patrimonio artístico de la nación, en medio siglo de labor ininterrumpida.
Gabriela Gil, actual directora de esta institución, a la que se le ha confiado el cuidado y la conservación de los acervos artísticos bajo la responsabilidad del INBA, dice a MILENIO que ese patrimonio asciende a cerca de 64 mil piezas, además de los miles de kilómetros de obra mural que existen en todo el país. “El reto es poder mantener y continuar con esa ardua labor a través de nuestro Programa de Conservación Preventiva, pero de la mano de la sociedad civil y de todas aquellas personas interesadas en el rescate del patrimonio, debido a que los recursos de las instituciones federales no alcanzan para preservar el enorme legado artístico que tiene México”, indica Gil.
De ahí la colaboración con otras instituciones y con todos los niveles de gobierno, ya que, agrega, el presupuesto del Cencropam también ha sido objeto de reducción por la situación que está viviendo el país. “Nuestro presupuesto anual es de alrededor de 7 millones de pesos, y con esos recursos es imposible poder atender todas las demandas que tiene el patrimonio artístico a escala nacional”, refiere.
DE 25 O 30 ESPECIALISTAS EN SU ORIGEN, AHORA HAY 120
Para conmemorar y mostrar la labor del centro a través de la historia, se editó el libro Cencropam, 50 años de conservación y registrodelpatrimonioartístico mueble:inicios,retosydesafíos, que da cuenta de 100 casos de intervención, de los más de mil 89 que se encuentran registrados en los archivos de dicha institución. Un ejemplo es la restauración que ha hecho el Cencropam, en tres ocasiones del fresco Elhombre controladordeluniverso, que realizó Diego Rivera en 1934, ubicado en el Palacio de Bellas Artes. La primera restauración data de 1973, la segunda se hizo en 2008 y la más reciente tendrá lugar en este 2015.
Gabriela Gil, directora del Cencropam, señala que “restaurar una obra es devolverle su valor a pesar del paso del tiempo, es destacar la genialidad de su creador, hondar en el grado de innovación alcanzado en su tiempo y momento y sumar desde el presente un nuevo significado de su materialidad y concepción plástica”.
La especialista precisa que desde sus inicios en 1963, el Centro Nacional de Conservación de Obras Artísticas (Cncoa), contó con personal capacitado, eran apenas unas 25 o 30 especialistas; actualmente, son 120 profesionales los que laboran día a día.
Desde siempre, destaca Gil, los restauradores y conservadores se “preocupan por comprender el significado de los bienes patrimoniales que intervienen. Toda intervención está orientada por el respecto a la materialidad, al valor y al significado estético, histórico y social; se basa en los principios generales de la conservación preventiva y, resguarda la integridad física de los bienes culturales en todo proceso”. m