Milenio

Locos por el

Chicharito

- POR GILBERTO PRADO GALÁN LA WILLIE GONZÁLEZ guillermo.gonzalez@milenio.com · twitter@WillieMty

El Chicharito jugó bien dos partidos y todos se volvieron locos. El comentaris­ta ése de España casi lo pone al nivel de Di Stéfano, Maradona o Cruyff. ¡Qué barbaridad! En México casi lo hacen héroe de la nación por empujar un balón ante el Atlético de Madrid. Ancelotti dice que es “intransfer­ible”, cuando el mexicano ni si quiera le pertenece al Real Madrid. ¡Es una locura!

Carleto perdió el conocimien­to. Los derechos del atacante son del United y juega a préstamo en el Madrid. Juega de rebote. Nadie lo quería. Ni siquiera Cristiano, que dijo a su llegada: “Esperaba algo mejor”. Tampoco Ancelotti lo quería. Jugó de banca 32 partidos de la Liga y 10 de la Champions.

¿De dónde le sacan lo crack que todos hablan? Ha metido tres goles en dos juegos y ahora es el súper-mega- crack. Se volvieron todos locos. Y ya es hora de decir la verdad.

Javier Hernández jugó muy bien ante el Atlético. Trabajó perfectame­nte de espaldas al arco, puso a Cristiano en clara posición de remate a gol y culminó una muy buena actuación con un gol a su fiel estilo. Casi cayéndose, barrido, empujó una pelota hacia la portería en donde no había arquero. ¿Ok? ¿Quedó claro?

Juego del domingo en Celta. Ahora jugó mejor. Con más sentido en el toque. Volvió a ser el poste con recepción orientada para asistir o ser asistido. El primer gol fue una súper jugada entre James y el mexicano, que terminó en una gran definición.

En el segundo gana la espalda de la defensa y bate al arquero de forma sobresalie­nte. Se nota que ha mejorado. Poco, pero ha mejorado.

Entrenar todos los días con buenos termina por enseñarte cosas buenas y distintas. Va bien, pero no es Ronaldo ni Van Basten. Es el Chicharito, un jugador que parece salido de una película y que a todo mundo le cae bien.

Un sonrisas que a todo padre le gustaría que fuera su yerno por la linda persona que es. Del futbol, ni lancemos las campanas al vuelo. El tiempo y su dedicación lo dirá.

Pobre México, la falta de ídolos vuelve locos a la mayoría. Calma pueblo, que aún queda mucho tiempo para demostrar.

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