Los millennials acabarán con los jefes
Nueve de cada 10 mexicanos de entre 16 y 35 años no quiere tener jefe. Este grupo de jóvenes (que ni más ni menos es cerca de 60 por ciento de la población) forma parte de ese colectivo tan de moda últimamente: los millennials.
“Uno de los datos que más me llamó la atención de nuestro estudio fue que para 92 por ciento de los entrevistados es atractivo el autoempleo y prefieren ser sus propios jefes. Imaginábamos un dato en este sentido, pero nunca tan alto”, me decía Mercedes Poiré, directora del Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México.
Este dato se desprende de una encuesta que realizaron precisamente para conocer las motivaciones de los millennials mexicanos.
Solo 35 por ciento prefiere tener un trabajo de oficina con un horario fijo, versus 65 por ciento que quiere tener su propio ritmo de trabajo. Los planes de carrera o la estabilidad laboral no son factores que los seduzcan: siete de cada 10 busca ascenso en su currículum a través de cambios entre diferentes organizaciones. “Estos datos no solo son un reto para las universidades sobre las herramientas que tenemos que darles, sino también para las empresas para desarrollar cuadros de reemplazo muy eficientes”, agrega Poiré.
Y esos no son datos del futuro lejano: la mayoría de las contrataciones actuales ocurre en ese rango de edad.
“Lo que los millennials no quieren en la empresa es lo mismo que no quieren en la escuela: alguien de rango superior que le imponga reglas. Eso sí, confían en quienes son una autoridad intelectual para ellos, alguien para admirar que les dé mentoría”, agrega la directora de Centro de Opinión Pública.
Al involucrar las variables de “ingreso econó- mico y desarrollo profesional”, la postura no es tan definida según esta encuesta: 50 por ciento considera más atractivo ganar menos dinero a cambio de tener tiempo disponible, versus otro 50 que prefiere ganar más con un horario rígido.
Esa flexibilidad al 100 por ciento que ellos portan como bandera no llega a todos los rincones de su mundo. Porque una cuarta parte de los entrevistados dijo que se sentirían solo “algo cómodos” si el jefe fuera de un género diferente al propio y dos de cada 10 se sentirían poco cómodos si tuvieran que recibir órdenes de una persona homosexual.
En el tema de la discapacidad, esta situación se agrava: entre una cuarta y una tercera parte de los millennials reconoce que se sentiría poco cómodos si tuvieran que realizar un proyecto con una persona invidente o sorda.
Feliz Día del Trabajo, queridos millennials (y a los que queda ron fuera de ese rango). m