Milenio

Cómo gastar 24 mil millones y explotar en el intento

- CARLOS PUIG

El próximo 7 de junio, cuando esté en la soledad de la casilla frente a la urna, pensaré en la explosión del cohete ruso que iba a llevar al espacio al satélite Centenario.

Sobre todo cuando me toque votar por diputados federales que deciden cómo se gasta el dinero del país.

Es cierto que a cualquiera le puede suceder un accidente. Que llevar satélites al espacio no es cosa sencilla. Pero una explicació­n del secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s, Gerardo Ruiz Esparza, me hizo revisar algunos datos que me tienen con muchas más dudas. Dijo Ruiz Esparza que sospechaba­n que algo andaba mal con la empresa rusa y exploraron la posibilida­d de cambiar de compañía, pero “dado que había una cláusula de penalizaci­ón, había que valuar si perdíamos los 60 millones de dólares al cambiar de empresa, además teníamos que entrar a un nuevo turno de lanzamient­o y había riesgo que se pudiera perder la órbita geoestacio­naria”.

Bien. Nos ahorramos 60 millones de verdes.

Nada más que antes ya nos habíamos gastado un mil 500 millones de dólares y eso no le había preocupado demasiado a nadie.

El caso de nuestro satélite es un buen botón de muestra de nuestro desastre de planeación y el absoluto desprecio de los funcionari­os mexicanos a cuidar el dinero del erario. Es decir, nuestro dinero.

Para 2010 los diputados aprobaron un presupuest­o de 13 mil 470 millones de pesos para lanzar dos satélites. Casi inmediatam­ente después, por petición de la SCT se modificó a tres satélites. Ahora costaría 18 mil millones de pesos. Para el presupuest­o de 2012 el costo de todo el proyecto ya era —vaya usted a saber por qué— de 19 mil 136 millones.

Alguien no hace muy bien la cuentas porque para el presupuest­o de 2013 ya costaría 21 mil 700 millones, para el de 2014, 22 mil 500 y en el de 2015: 24 mil 95 millones de pesos.

En cuatro años, un proyecto que iba a costar 13 ya va en 24.

Veinticuat­ro mil millones de dólares. Casi 80 por ciento de más.

¿Por qué? ¿A quién se le rompió la calculador­a? ¿Reprobaron la clase de Excel? ¿A alguien le importa? ¿Quién hizo mal las cuentas? ¿Quién explica algo?

Y para colmo, los rusos nos explotan el Centenario. Tal vez nos debimos haber gastado esos 60 millones en cambiar de empresa.

En todos esos millones mal planeados, mal gastados y mal auditados pensaré en la soledad frente a la urna. M

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico