Opositores aumentan la presión sobre Maduro
Huelga de hambre de dos ex alcaldes presos y llamados a manifestarse, la estrategia
Una huelga de hambre emprendida en la cárcel por dos líderes opositores, los ex alcaldes Leopoldo López y Daniel Ceballos, ha agudizado la confrontación política en Venezuela, que a finales de este año debe realizar elecciones para renovar su Asamblea Nacional (parlamento unicameral).
Esa elección, en caso de que gane la oposición, puede abrir las puertas a una transición que cambie el gobierno izquierdista que instauró Hugo Chávez (1999-2013) y continúa su heredero, Nicolás Maduro (2013-2019). O, si triunfa el oficialismo, atornillará al Partido Socialista Unido (PSUV) al menos por lo que resta de la década.
López, líder de Voluntad Popular (VP, oposición radical), uno de los cuatro principales partidos opositores, y su correligionario Ceballos, encaran un lento juicio como instigadores de los disturbios antigubernamentales que hace un año se saldaron con 43 muertos y 800 lesionados.
Ambos estaban en una prisión militar cerca de Caracas. En una requisa, las autoridades descubrieron que López grabó un video llamando a manifestarse y anunciando la huelga de hambre desde el fin de semana. En castigo, enviaron a Ceballos a una prisión en las llanuras centrales. Y le raparon la cabeza.
La prensa informó que López estaba en ayuno desde el sábado, pero el Defensor del Pueblo, Tarek Saab, afirmó el lunes a la prensa que “el domingo, López almorzó con sus hijos en la prisión”. Finalmente, la esposa de López, Lilian Tintori, declaró ayer que su esposo había comenzado el ayuno “el domingo por la tarde”.
El ayuno y la marcha anunciada para el sábado exigen la liberación de decenas de presos considerados políticos —“70 presos”, según López—, el “cese de la represión y
Los inconformes que no están ni con el gobierno ni con la oposición “son mayoría”, según sondeos
libertad de expresión”, en alusión al juicio de directivos de varios medios por reproducir informaciones de la prensa española sobre presuntas ligas del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, con el narcotráfico, y que se fije la fecha de la elección parlamentaria, una omisión del poder electoral —controlado por el oficialismo— que tiene en ascuas a la oposición.
Tanto Roberta Jacobson, del Departamento de Estado norteamericano como la organización Human Rights Watch condenaron el traslado de Ceballos y pidieron “libertad a todos los presos políticos”.
Pero la huelga de hambre y el llamado a manifestar tomó por sorpresa a los restantes partidos de la multicolor coalición opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD). Quieren vencer al PSUV en los comicios, pero también dirimen cuál política y cuál liderazgo debe conducir a la oposición y a un hipotético futuro gobierno.
Al jugar “posición adelantada”, López buscaría afianzar su liderazgo en desmedro del ex candidato presidencial Henrique Capriles, del partido Primero Justicia, que ayer expresó dudas de si adherir a la marcha. Detrás están los viejos partidos, Acción Democrática (socialdemócrata) y Copei (democristiano).
En cualquier caso, la Mesa, según apoye el ayuno y la marcha, atraerá la respuesta del gobierno y del PSUV, empujándose cada bando hacia los extremos para alejar al otro del centro político, nutrido con los inconformes que no están con ninguno y que son mayoría electoral según las encuestas. m