¿Conviene un Querétaro campeón?
No importa que Vucetich sea un gran entrenador o sus dueños grandes administradores. Un campeonato de Querétaro daría la vuelta al mundo por ser el equipo donde juega Ronaldinho y por ninguna otra cosa, aunque las haya muchas y muy buenas, como la temporada de George Corral, Mario Osuna y Orbelín Pineda. El efecto que buscaron con su contratación hace tiempo superó los objetivos de promoción, Querétaro hizo ruido dentro y fuera de México. Sus patrocinadores y autoridades están agradecidos. Pero ruido no siempre quiere decir bueno y ahora, viene de regreso. Ni Vucetich ni Vázquez Raña ni Beltrán. Para la prensa internacional la noticia será Ronaldinho, lo hayan sentado o no, y cuando impacte -si llega el campeonato-, los titulares mundiales pueden ser del tipo: “El equipo de Ronaldinho campeón en México”, “Ronaldinho gana el título mexicano sin entrenarse”, “Ronaldinho no hace pretemporada y sale campeón”. A la gente de Querétaro puede no importarle lo que opine la prensa mundial de su equipo. Como sea, el campeonato será una buena noticia para sus aficionados. Pero nada buena para el futbol mexicano que en general se vende como un futbol competitivo. La Liga MX volverá a ser vista como un destino exótico. Un torneo pasajero, ideal para excursionistas, jubilados y saltimbanquis bien pagados. Ronaldinho habrá salido campeón con un equipo que perdió siete partidos de 17, que cambió de entrenador y estilo a mitad de temporada y que arrancó el torneo más preocupado por la parte baja de la tabla que por la posibilidad de pelear un campeonato ilógico de cinco meses. La historia es perfecta en redes: jugador acabado gana su último título en México, felicitaciones al Querétaro, condolencias al futbol mexicano.