Un técnico a la medida
América presentó de forma oficial a Ignacio Ambriz, a quien ven con los atributos para que el equipo siga con el protagonismo de los últimos años
Ignacio Ambriz ya está instalado en Coapa, el presidente deportivo, Ricardo Peláez, y el operativo, José Romano, se encargaron de investirlo como nuevo entrenador del América. Ambos son sus amigos y los dos lo irán poniendo al tanto de todos los detalles que implica sentarse en el banquillo azulcrema.
Con Peláez la amistad inició hace varios años, cuando los dos defendieron la causa de Necaxa. Con Romano la química se dio cuando Nacho dirigió San Luis. Las conversaciones entre los dos directivos dio como conclusión que Ambriz era la mejor elección para relevar a Gustavo Matosas. Y aunque la decisión sigue sin convencer al entorno, el presidente deportivo confía en que Nacho es la persona ideal para darle continuidad al proyecto estructurado por la directiva.
Los tres personajes dicen que hay ilusión y confianza, pero también mandaron el mensaje de que Ambriz no llega por compadrazgo, que sus virtudes y su capacidad lo han traído a Coapa, amén de que se ajusta a lo que le dará el club, que trabajará con el grueso de la plantilla con la que Matosas no podía montar el equipo que pretendía.
Nacho llega con una ficha por dos años, pero el técnico, Peláez y Romano —aunque no lo digan abiertamente— saben que los resultados son los que marcarán la pauta para bien o para mal. Son conscientes de que el americanismo ve con escepticismo esta designación, que Ambriz no tiene el cartel de los recientes técnicos, por ello reclaman el beneficio de la duda, que se le evalúe cuando trabaje en la cancha, incluso se recurre al pasado para demostrar que las elecciones de otros entrenadores y jugadores han sido buenas pese a llegar con el mismo catálogo de dudas.
“No buscamos otra cosa más que orden, equilibrio, buenos resultados. La continuidad del plantel es lo más importante y con la llegada de Ambriz confirmamos que es una buena decisión. Estamos muy ilusionados y comprometidos con la mejor afición de México”, dice Peláez.
Las primeras palabras de Ambriz como entrenador de América son una declaración de emociones y anhelos. “Estoy listo, superlisto, esta ilusión no me la quita nadie, la desconfianza es normal, todos la tenemos cuando hay algo nuevo, vengo a trabajar con mucha humildad. Entiendo que los resultados no son los adecuados, pero tengo la ilusión de que América me pueda brindar la oportunidad de ser campeón”.
Peláez justifica la elección. “Hace tres años y medio traje a un técnico (Miguel Herrera) que no había ganado nada y que había descendido, recibimos al equipo que venía de una temporada de 15 puntos, y hoy es un gran técnico y me tocó ser campeón con él. Nacho tiene experiencia, veo en él esa ilusión y esa hambre de triunfo, hemos encontrado similitudes, una de ellas la fórmula: buenos jugadores y buen ambiente de trabajo, piensa muy similar a mí, es una buena decisión. Le pido a la afición el beneficio de la duda, es responsabilidad mía elegirlo y entregar buenos resultados y con Nacho me siento seguro de que lo vamos a lograr”.
Qué ofrecerá Ambriz futbolísticamente, esas formas y modos que son tan imprescidibles dejar claros desde el inicio: “un equipo con orden e intensidad en la recuperación, con mucho equilibrio; no por atacar vas a ganar, el equipo va a saber a qué va a jugar, siempre con la posesión de la pelota y tratar de ser superior al rival. Tienes que ganar, la misma institución te lo pide, tienes que ser campeón, eso no me espanta. Habrá goles, lo puedo asegurar, voy a intentar que este equipo dé espectáculo, ojalá que la afición me entienda, debe haber equilibrio para saber ganar”.
Ambriz no rehuye, aunque parece hasta sorprendido por tanta duda. Pero manda palabras con un toque de convencimiento de que existen todos los recuersos para triunfar. “Hay una gran plantilla, tendré que sacarle provecho a todos, que cada uno se comprometa para la institución y, personalmente, para hacer un equipo competitivo, tengo libertad y esa confianza y vamos a buscar hacer un equipo ganador y ganar títulos”.
Los problemas que vivió en Chivas y Querétaro son cosa del pasado y por si hay alguna duda de si podrá gestionar un vestidor como el de América en el que confluyen tantos egos, una respuesta directa: “estuve en un vestidor (Atlético de Madrid) donde estaba el Kun Agüero, donde estaba Maxi Rodríguez, Fernando Torres, Simao, Maniche, mucha gente importante en Europa. Soy un tipo que busca más a la persona que al jugador”.
Marcos Ignacio Ambriz Espinoza, a los 50 años, ha llegado al banquillo más codiciado en el futbol mexicano, pero también al que más presión genera. El 12 de junio arranca su labor en cancha. Habrá que ver cómo le salen las cuentas en diciembre.