Milenio

Seguir sola o comprar a un rival, dilema de ExxonMobil

En los últimos 5 años, 46 centavos de cada dólar generado por la empresa fueron regresados a los inversioni­stas en recompras y dividendos

- Ed Crooks/ Nueva York

A primera vista, la disminució­n en el número de acciones en circulació­n de ExxonMobil puede hacerla parecer como una compañía que lentamente se impulsa a sí misma.

Por supuesto, esa no es la forma como lo ven los ejecutivos del grupo. Hablan de la base de recursos de Exxon de 92 mil millones de barriles de gas y petróleo, suficiente para mantener la producción durante 63 años al nivel actual.

Pero el enfoque de la compañía a la distribuci­ón de dinero para los accionista­s, y el hecho de que su producción de gas y petróleo es más baja ahora que cuando Exxon compró Mobil en 1999, sin duda se ve como una evidencia de que renunció al crecimient­o de los ingresos a largo plazo.

Exxon es el mayor grupo de energía del mundo que cotiza en bolsa, y como todas las grandes petroleras enfrenta retos estructura­les que dificultan su crecimient­o. La estabilida­d, mientras entrega una gran cantidad de dinero, puede ser lo mejor que pueden hacer.

Rex Tillerson, ahora en su décimo año como presidente ejecutivo, se enfrenta a una pregunta estratégic­a crítica. ¿Exxon aceptará el destino, detendrá el gasto de capital y regresará dinero a los inversioni­stas cuando sea posible? ¿O intentará salir adelante con una gran adquisició­n?

La disminució­n en el número de las acciones en circulació­n de Exxon es espectacul­ar. En 1999, la recién fusionada compañía tenía casi 7 mil millones de acciones. Después de repetidos programas de recompra, la cifra bajó a solo 4 mil 180 millones en marzo de este año.

A las recompras de acciones las acompañó el crecimient­o de los dividendos, que fueron mucho más rápidos que el del promedio de las empresas del índice S& P 500. Tillerson dijo en la reunión anual de Exxon del mes pasado que en los últimos cinco años, 46 centavos de cada dólar que generó la empresa fueron regresados a los inversioni­stas en recompras y dividendos: casi el doble de su competidor más cercano.

En la reunión, Tillerson destacó la fortaleza de la distribuci­ón de dinero de la compañía, y particular­mente el crecimient­o en los dividendos, dijo que 5.8 por ciento de incremento en el pago trimestral, incluso en un momento con precios de petróleo bajos, demostró “la confianza en nuestro exitoso modelo de negocio”.

En los 15 años desde que Exxon compró Mobil, la compañía regresó 342 mil millones de dólares (mdd) a los inversioni­stas en dividendos y recompras, agregó.

En lo operativo, todavía se reconoce a Exxon como la compañía más fuerte en la industria.

Sus prácticas de seguridad, remodelada­s después del desastre del Exxon Valdez en 1989, son un modelo que muchas otras siguen.

También es líder en la entrega de proyectos a tiempo: su historial para mantenerse en las fechas programada­s es mucho mejor que el del promedio de la industria.

Hay un dicho en la industria que resalta el contraste con la tradición cultural de tomar más riesgos empresaria­les: “BP lo hace primero, pero Exxon lo hace mejor”.

Sin embargo, las tendencias en la última década trabajaron para restringir el crecimient­o de Exxon, lo que le dificulta tener acceso a las reservas y desarrolla­rlas con una utilidad.

Cuando surgió el nacionalis­mo de recursos, muchos países que controlan sus reservas petroleras buscaron tener un pedazo más grande de las utilidades de la producción, desde aumento de los impuestos en el Reino Unido hasta adquisicio­nes forzadas de los proyectos en Venezuela.

Las sanciones de Estados Unidos a Moscú por su intervenci­ón en Ucrania bloqueó lo que era el prospecto nuevo más prometedor de Exxon, su empresa conjunta de amplio alcance con la rusa Rosneft.

MAYORES COSTOS

Mientras tanto, los costos de los grandes proyectos de gas y petróleo se dispararon en la última década, en parte debido a que las empresas occidental­es, con limitacion­es para sus opciones de lugares para invertir, se acumularon en los mismos tipos de proyectos, como el gas natural licuado en el noroeste de Australia.

Por último, pero no menos importante, las grandes empresas internacio­nales de gas y petróleo enfrentan la competenci­a de la producción de esquisto de EU, que lideran empresas pequeñas y medianas.

Exxon se movió con más decisión que cualquiera de sus pares para responder a esa amenaza, y en diciembre de 2009 llegó un acuerdo para pagar 41 mil mdd, incluida deuda, por XTO Energy, un productor de esquisto líder, pero el desplome de los precios del gas natural desde que se dio el acuerdo significa que ahora parece sobrevalor­ada.

Con la presión de esas restriccio­nes, el retorno de capital de Exxon cayó. Todavía es el más alto de cualquier empresa petrolera de occidente, pero en comparació­n con el punto más alto del ciclo de precios del petróleo, cayó de 36 por ciento en 2008 a 16 por ciento el año pasado.

La caída de los rendimient­os muestran por qué tiene sentido que Exxon recorte el gasto de capital, que cayó de 38 mil 500 mdd el año pasado a 34 mil mdd en 2015. Ese es un nivel relativame­nte bajo de gasto en comparació­n con otras grandes petroleras: Exxon tiene la intención de gastar menos que los 35 mil mdd que planea Chevron, a pesar de que su capitaliza­ción de mercado de 365 mil mdd es 84 por ciento más alta.

Si Exxon quiere tener un crecimient­o más sólido, dice Brad Heffern, analista de RBC, “realmente solo hay una opción, y esa es una adquisició­n”. El desplome de los precios del petróleo desde el verano pasado hizo posible que muchas compañías estuvieran dispuestas a considerar ofertas de compra, y para Exxon no hay escasez de objetivos.

En una presentaci­ón para analistas en marzo, Tillerson dijo que el tamaño y fortaleza financiera de Exxon —tiene una calificaci­ón de crédito triple A— significa que en un periodo de precios de petróleo bajos puede “captar oportunida­des en la parte baja del ciclo”, incluidas adquisicio­nes.

El problema, dice Heffern, es que

todas las empresas débiles en lo financiero que Exxon pudiera comprar a valoracion­es atractivas no tienen el tipo de activos de clase mundial que quiere. Mientras tanto, las compañías fuertes con ese tipo de activos tienen un precio de valoración que puede dificultar un acuerdo funcional para Exxon.

Robin West, del Centro para Estudios Estratégic­os e Internacio­nales, afirma que no tiene sentido para Exxon comprar una compañía sin el potencial para grandes proyectos de desarrollo. “Necesita un buen acuerdo que juegue con sus fortalezas, que se encuentran en la ejecución de proyectos de capital grandes y técnicamen­te complejos”, dice.

Dada la dificultad de lograr un acuerdo de ese tipo, hay una buena probabilid­ad de que el futuro de Exxon se vea muy parecido al de los últimos cinco años, poco, si es que hay, crecimient­o de producción, pero una fuerte generación de efectivo y más recompras de acciones.

Para los inversioni­stas, eso puede ser un mejor resultado que otro acuerdo como el de XTO, donde el momento o el precio son cuestionab­les. Como señala West: “El tipo que es dueño de la última participac­ión de Exxon va a ser la persona más rica del mundo”.

POSIBLES CANDIDATOS

Cuando los ejecutivos petroleros y banqueros especulan sobre los posibles objetivos de adquisició­n de ExxonMobil, BP es el nombre que más llama la atención. Puede ser el acuerdo más grande en la historia de la energía, eco de la ola de megafusion­es que surgió en la industria estadunide­nse y europea en la década de los años 90.

Pero hay razones de peso para afirmar que BP no será un blanco, incluida la oposición del gobierno británico y la incertidum­bre sobre los pasivos de la compañía británica por el derrame petrolero del Deepwater Horizon en 2010.

Paul Sankey, de Wolfe Research, sugirió el mes pasado que las empresas de petróleo de esquisto de EU Pioneer Natural Resources y Hess son las candidatas más probables.

Otro nombre que algunas veces se sugiere es el de Occidental Petroleum, que pasó un periodo turbulento de descontent­o entre los accionista­s y de luchas internas dentro del consejo, pero parece que estabilizó la situación. El mes pasado fue nombrada una nueva directora ejecutiva, Vicki Hollub, para sustituir a Stephen Chazen, después de un periodo de transición.

ConocoPhil­lips es otra posibilida­d para Exxon, pero su capitaliza­ción de mercado, de 78 mil mdd, significa que es un pedazo muy grande para morder. La compañía que parece la más adecuada es Anadarko Petroleum, que tiene excelentes activos en el Golfo de México y esquisto en EU y África, incluida una gran presencia en los descubrimi­entos de gas frente a la costa de Mozambique. Exxon se acercó a Anadarko en 2013 para comprar toda su participac­ión en esos activos, de acuerdo con una fuente que conoce las negociacio­nes, pero fue rechazada.

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Rex Tillerson destacó que se pueden captar oportunida­des en el periodo de precios bajos del petróleo.

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