Estudian pecio El Ángel, hundido en Quintana Roo
Los especialistas del INAH realizan una exploración en el sitio del naufragio, que están en el área de arrecifes de Banco Chinchorro
Encontrado en los años ochenta por un pescador en las cristalinas aguas de Banco Chinchorro, en Quintana Roo, el pecio ElÁngel empieza a develar sus claves, según las cuales se trata de una embarcación de la esfera comercial británica, de finales del siglo XVIII o principios del XIX, que transportaba troncos de palo de tinte.
Luego de la temporada de exploración realizada en septiembre de 2014 por especialistas de la Subdirección de Arqueología Subacuática, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH%), se identificaron rasgos y particularidades en materiales del barco que ayudan a establecer su temporalidad.
La investigación del pecio El Ángel, coordinada por la arqueóloga Laura Carrillo, comenzó en 2006 con el registro de superficie mediante croquis, dibujos de materiales y mediciones. En 2013 se hicieron excavaciones de sondeo y otra extensiva en 2014 de este barco localizado a 10 y 12 metros de profundidad en el Caribe noroccidental mexicano; mide 9 metros de manga (ancho) y al menos 35 metros de eslora (longitud).
ElÁngel era un buque propulsado por la fuerza del viento, cuya carga de palo de tinte lo incluye en una dinámica de comercio que prevaleció desde finales del siglo XVI hasta los primeros años del XIX, y por su ubicación puede vincularse con el tráfico de las colonias británicas del Golfo de Honduras, que se dedicaban al corte y embarque de maderas.
Entre los elementos recuperados hay materiales como clavos, pernos, rondanas, tuercas, láminas de recubrimiento y pequeños objetos de los que se puede garantizar su conservación fuera del agua.
En el área de la proa se encontraron tablones más regulares y de una madera distinta, más densa y sólida. Éstos conformaban un ensamblaje estructural y medían en promedio 25 centímetros de amplitud y 5 centímetros de espesor. Fueron identificados como pertenecientes a la familia del haya europea, una de las maderas más utilizadas en la construcción naval en los astilleros de Europa Occidental y Norteamérica.
La pigmentación que produce la madera se utilizó mucho en la industria textil europea desde el siglo XVI hasta la primera mitad del XVIII, época de las grandes exportaciones de la grana cochinilla, añil y palo de tinte. Los cortadores de palo de tinte de los territorios británicos del Caribe noroccidental estuvieron en activo hasta 1770.
Se trata de un buque propulsado por la fuerza del viento, con una carga de palo de tinte La nave es ubicada en el tránsito de los barcos de madera hacia los de la Revolución Industrial
Sin embargo, hacia la segunda mitad del siglo XVIII, el comercio de la tintórea cayó en recesión, debido a la excesiva oferta que saturó los mercados, quedando su comercio reducido a embarcaciones de empresas de un perfil más bajo. “Probablemente El Ángel haya sido un buque que transportaba una carga devaluada”.
El arqueólogo Josué Guzmán Torres comentó que algunos elementos de sujeción están hechos de una aleación de cobre, por lo que seguramente correspondían a la porción sumergida del casco. El uso de este metal para fabricar dichos elementos era una medida para contrarrestar el efecto de la corrosión galvánica, un fenómeno electroquímico que corroía los pernos y clavos de hierro.
Por tanto, los clavos colectados se fabricaron no antes de 1780, cuando se concedieron las primeras patentes de clavazón de cobre.
En cuanto a un ancla del pecio, ésta fue documentada y se determinó que su forma (que consiste en un cepo de hierro y ligera curvatura de los brazos) se asemeja a los patrones de fundición de este tipo de piezas del siglo XVIII tardío. “Estos datos lo ubican en el tránsito de una tradición de construir barcos de madera del siglo XVIII hacia las embarcaciones que son producto de la revolución industrial, con estructuras de hierro y motores de vapor”.
El especialista comentó que, por los materiales y diseño empleados, el barco pudo haberse construido en un astillero británico, donde por primera vez se usaron masivamente componentes de hierro en la estructura de las embarcaciones.
Las causas del naufragio se desconocen; pareciera que de pronto pegó con un arrecife y empezó a hundirse, o que un incendio quemó las estructuras superiores y provocó la inundación del casco. Otra posibilidad es que haya estado en medio de una tormenta y al refugiarse en las aguas bajas de Chinchorro, fue arrastrado por la corriente y se fue a pique, luego de chocar contra el arrecife, refirió el arqueólogo.
La investigación arqueológica de este pecio es parte del proyecto Inventario y diagnóstico del patrimonio arqueológico e histórico sumergido en la reserva de la biosfera Banco Chinchorro, Quintana Roo. m