Messi descansa en paz
Dormir antes de una Final es difícil para cualquier atleta. Más difícil debe ser dormir sabiendo que eres el mejor del mundo. Pero dormir cuando estás a punto de convertirte en el mejor futbolista de todas las épocas, tiene que ser una pesadilla. Messi sin embargo descansa en paz. El jugador más determinante en la historia del Barça, ha jugado 18 fi nales con su club, ganando 14 de ellas, dando 5 asistencias y marcando 20 goles en total, uno en Roma y otro en Wembley. En el mundo según Messi, el partido de mañana parece un juego cualquiera. Trabaja de crack. Un oficio complicado para el resto y tan simple para él. Con esa naturalidad que lo vuelve único, entiende el futbol a su manera: denme el balón a mí porque veo jugadas que nadie puede ver.
El Olímpico de Berlín es un lugar hecho a su medida. Aquí han sucedido cosas que la historia del deporte guarda en archivos mitológicos. Hace casi 80 años Jesse Owens ganaba cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 1936. En el mismo estadio, Usain Bolt se convertía durante los Campeonatos Mundiales de Atletismo del 2009 en el hombre más rápido que haya conocido la humanidad. Berlin tiene un pacto con el deporte universal. La Final de Champions que enfrenta a la Juve con el Barça, es uno de esos momentos que pueden dividir al tiempo en dos etapas: antes de Messi y después de Messi. El partido tiene un claro favorito y un rival muy valiente, típico choque de campeones como se han visto muchos en cada época. Lo que nos vuelve diferente a todos es Messi. La Champions, el futbol y el mejor equipo de los últimos años, giran alrededor suyo. No hay forma de escaparnos de él. Ha marcado nuestra generación y resucitado a las anteriores. Berlín lo hará inmortal.