Héroes Cívicos…
Después de tantas malas noticias acerca de violentos y corruptos, el pasado domingo millones de ciudadanos anónimos construyeron en las urnas una buena noticia: la democracia mexicana está viva y se mueve en el sentido correcto.
Poco se ha comentado un hecho de la mayor relevancia: la enorme presencia femenil que, por primera vez, habrá en la Cámara de Diputados. El espíritu de la nueva legislación es que deberán acercarse a la mitad. Sabremos, hoy mismo por la tarde, si los electores votaron por más femeninas que masculinos. Esta nueva presencia de mujeres, generalmente más honestas, responsables y maduras que los hombres, es una esperanza.
Asimismo, está claro que buena parte de la voluntad popular castigó a los grandes partidos y a los poderes mediáticos. Sumados los votos de los gigantes de la partidocracia —PRI, PAN y PRD— llegan a poco más de la mitad del electorado. El resto de los votos fue para los partidos medianos y los emergentes.
Votó 70% contra el PRI, 80% contra el PAN y 90% contra el PRD. Asimismo, en las zonas metropolitanas de Monterrey y Guadalajara triunfaron candidatos ignorados por las grandes televisoras. También, en el Valle de México ganaron varios candidatos ajenos a los grupos tradicionales de poder. Para muchos usuarios de las redes sociales los nuevos héroes cívicos son: El Bronco, Alfaro, Clouthier, Kumamoto y Xóchitl. Mientras los villanos son: El Tucán, Los Chuchos, Madero y los lamentables personajes de la farándula que se vendieron para tuitear a favor del Verde. La cereza de este montón de porquería fue el ambicioso payaso que comanda a los ratones verdes de la selección nacional.
Está por comprobarse la hipótesis de que gran parte de los 10.6 millones de votos del PRI, vienen de las zonas rurales y urbanas poco informadas del país. Y que los votos de las clases medias, ilustradas y emergentes fueron para otros partidos. Si esta observación resulta verdadera, la legitimidad de las leyes aprobadas por legisladores con esta pobre representatividad resultará frágil, porque si bien en democracia los votos se cuentan y no se pesan, también es cierto que no se puede legislar de espaldas a la opinión de los más productivos y educados.
A los lectores les pedimos comparar nuestras predicciones electorales de hace una semana, con los resultados oficiales. Acertamos lo importante.
Y gratis. m