¿Y el Twitter para qué?
El último número de la revista Wired, una de las más importantes en el mundo de la tecnología y cultura
geek, presenta una entrevista con el senador por New Jersey, Cory Booker, que ha iniciado una verdadera lucha junto con la senadora por Misuri, Claire McCaskill, por llevar al Congreso de Estados Unidos a una revolución tecnológica que no tiene que ver con comprar la mejor tecnología o crear
gadgets para los congresistas; es aún más simple: permitir que los senadores usen iPads, servicios de nube y puedan valerse de Twitter para hablar con su electorado.
¡Sí!, aunque no lo crean el Congreso de Estados Unidos de Norteamérica no permite a sus miembros el uso de ninguna de estas tecnologías de manera libre. Por ejemplo, los congresistas no pueden preguntar en Twitter a los ciudadanos si están o no de acuerdo con alguna iniciativa de ley, propuesta, tema, pues es considerado una encuesta.
Brooker, que siendo alcalde descubrió el poder de las redes sociales, de lo que implica estar en tiempo real en contacto con la gente, lucha por que el oxidado sistema de los senadores pueda evolucionar.
En México los diputados y senadores no tienen ninguna de estas restricciones y tenemos muchos muy tuiteros que todos los días lanzan efemérides, datos chuscos y, a veces, información relevante, pero que casi siempre tiene que ver con la autopromoción, no con una verdadera interacción con la gente, con los que votaron por ellos. ¿Están usándolo correctamente?
En ocasiones, las interacciones en Twitter de nuestros legisladores se limitan a echarse flores de sus intervenciones, a pelearse en público con otros, a dar avisos parroquiales y santorales, pero tal vez esta libertad tuitera los ha hecho olvidarse del gran poder que puede tener esta plataforma.
Mientras que en la sala del pleno en Estados Unidos está prohibido usar una
tablets, sí, una tablet, en muchas partes del mundo, incluido México, han cachado a legisladores viendo porno o buscando vacaciones, jugando Candy Crush, Plants
vs Zombies; no está mal, al final del día también para eso son, pero valdría la pena preguntarles si saben que en Estados Unidos, sus colegas, no pueden usar estos gadgets para trabajar en el pleno, mucho menos para divertirse en las sesiones.
Tener la libertad de hacer lo que nos plazca nos hace olvidar lo limitados que seríamos sin ello, y tal vez, solo tal vez, si les quitáramos las tablet y las redes sociales a nuestros gobernantes, sabríamos si en lo analógico le encuentran una buena y verdadera utilidad a lo digital, que hoy en día dista mucho de serlo. Basta de buenos días y buenas noches en Twitter, de peleas estériles entre tuiteros y políticos, ojalá que las propuestas y las ideas sean lo que prevalezca en esas redes que, para los senadores gringos, hoy es un sueño poder usar esos analytics para hacer mejor su trabajo. Para leer la entrevista de Wired al senador Brooker, esta disponible en su web .www.wired.com/2015/05/senator- cory-booker.