Milenio

¿Elecciones militariza­das?

- JUAN IBARROLA

Las declaracio­nes de Lorenzo Córdova, presidente del INE, previas a las elecciones del domingo pasado, sobre el hecho de no militariza­r las elecciones fueron, además de inútiles, ignorantes. El papel que han jugado las fuerzas armadas en los procesos electorale­s de los últimos 20 años no solamente se ha limitado a la vigilancia del material electoral o de la protección de las casillas y urnas.

El presidente consejero del INE debe analizar a profundida­d las fortalezas que le imprimen los militares al sano, natural y lógico desarrollo de los tiempos electorale­s. Aun y a pesar de la violencia física generada contra candidatos y de la violencia gráfica y comunicaci­onal que produjeron entre ellos, no existió uno solo que en sus espacios de difusión promoviera propuestas serias de gestión pública, estas fueron unas elecciones que rebasaron por mucho los niveles de participac­ión ciudadana, en contra del abstencion­ismo.

Ejército, Marina Armada y Fuerza Aérea no salen a las calles a promover el voto de un partido o de una persona, aun y cuando ese partido y esa persona se encuentren en la cima del poder.

Los soldados realizan diariament­e tareas, en beneficio de la gente, que permiten una estabilida­d social suficiente para que los mexicanos puedan votar y ser votados. Si no se reconoce que las acciones militares emprendida­s contra la delincuenc­ia, por ejemplo, impactan favorablem­ente para que los electores se sientan seguros, entonces habrá que pedirles a los soldados que regresen a sus cuárteles.

Si no se les reconoce a los militares que con su lealtad institucio­nal generan fortalezas suficiente­s para que nadie intente sustituir a la democracia por una perpetuida­d de poder, entonces habrá que decirlo más claro y fuerte, ya que en 2000 uno de los mayores miedos de los panistas recién llegados al poder era si las fuerzas armadas iban a jalar parejo. Lo mismo sucedió en 2012 con el regreso del PRI a la Presidenci­a de la República, y siguen leales al país.

Quizá algunos ignoran que los países donde verdaderam­ente se ejerce la democracia son aquellos que tienen fuerzas armadas leales a su país y a su pueblo. Los militares garantizan que se cumpla con la voluntad popular, al otorgar garantías de seguridad y, por supuesto, que no se manipule el propio voto.

CABO DE GUARDIA

Quienes autorizan los ascensos militares post mórtem son los senadores de la República.

Esta semana filtraron a algunos medios los nombres de los caídos el 1 de mayo en Jalisco. No entienden lo grave que puede ser. ¿Quiénes son las verdaderas víctimas? m

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