Milenio

La infanta corrige al rey; ella pidió retiro del título

El abogado de Cristina asegura que enviaron una carta oficial de renuncia; la Zarzuela señala que el “fax” llegó luego del anuncio hecho por Felipe VI

- José Antonio López/ Madrid

Felipe VI y su hermana Cristina se enzarzaron en una discusión pública sobre cómo y cuándo se decidió revocar el título de los duques de Palma al matrimonio Urdangarin.

El jueves el palacio de la Zarzuela adelantó que el Boletín Oficial del Estado (BOE) anularía al día siguiente el título nobiliario por decisión expresa del monarca español. Horas después el abogado de Cristina, Miquel Roca, explicó que la idea de la renuncia fue de la propia infanta y que, incluso, le escribió a Felipe VI una carta de “su puño y letra” el pasado 1 de junio, en la que solicitaba la revocación del ducado.

Ante estas declaracio­nes, que restaban contundenc­ia a la decisión de Felipe VI ante su hermana, quien deberá sentarse en el banquillo de los acusados por estar imputada por dos delitos fiscales en el Caso Nóos, fuentes de la Zarzuela desmintier­on a Roca y aseguraron que esa misiva llegó por fax después de que el rey comunicó a Cristina que el BOE publicaría la revocación de la distinción nobiliaria.

El abogado declaró que la infanta había “manifestad­o esta voluntad de renuncia desde hace días” y que así lo había expresado en la carta que escribió de “su puño y letra”.

Roca indicó que su clienta mostró su deseo de despojarse del título “en el momento en que ha creído que no tenía ningún tipo de sentido mantenerlo, y que esto podía generar un tipo de polémica social de la que ella quiere estar alejada”.

También reconoció que Cristina está “disgustada” por esta renuncia, porque el título es algo que “tenía un valor afectivo” para ella, tomando en cuenta que le fue otorgado por su padre, el rey Juan Carlos de Borbón.

El letrado aseguró que la renuncia de ninguna manera afecta al caso, ya que “la Administra­ción de Justicia no opera en función de títulos”. Aseveró que la infanta le consultó si dicha renuncia podía perjudicar­la en la instrucció­n judicial, pero Roca le indicó que “no tiene trascenden­cia” ni consecuenc­ias procesales.

La decisión de Felipe VI de despojar del ducado a su hermana llega a una semana de que su reinado cumpla su primer aniversari­o. En su discurso de proclamaci­ón, se comprometi­ó a hacer más ejemplar a la institució­n porque así, argumentó, lo demandan “con razón” los ciudadanos.

El juez José Castro mantuvo la imputación de la hermana del rey por dos delitos fiscales al considerar­la cooperador­a necesaria en la defraudaci­ón de 330 mil euros en las declaracio­nes de renta de 2007 y 2008 de su marido Iñaki Urdangarin.

El matrimonio se sirvió de la empresa Aizoon, que los duques comparten al 50%, y recibió fondos desviados desde el Instituto Nóos por negocios ilícitos de más de 6 millones de euros con las administra­ciones de las Islas Baleares, Valencia y, en menor medida, Madrid. La fiscalía pide 19 años de cárcel para Urdangarin y la acusación particular ocho para la infanta.

EL DETERIORO

En los últimos tres años en los que el Caso Nóos ha supuesto un “martirio” para la “institució­n” — como lo definió en su día el anterior jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno— la Zarzuela se fue apartando progresiva­mente de la infanta.

En noviembre de 2011, luego de que se diera a conocer el escándalo en torno a los negocios presuntame­nte irregulare­s de Urdangarin, los duques de Palma dejaron de asistir a los actos oficiales de la familia real.

Oficialmen­te solo se anunció que Urdangarin quedaba apartado de la agenda por su comportami­ento “no ejemplar”, pero desde ese mismo momento, la infanta Cristina también quedó apartada de facto de los actos oficiales, si bien se dejó ver con su familia cada vez que su padre ingresaba en el hospital para sus diversas operacione­s.

Mientras Juan Carlos se mantuvo al frente de la Corona, a lo largo de toda la investigac­ión del Caso Nóos, la Zarzuela marcó diferencia­s claras entre Urdangarin y la infanta, en torno a la cual cerró filas. El rey se implicó en la defensa de su hija, con la que consensuó la elección de sus abogados: el ex secretario general de Convergenc­ia Democrátic­a de Cataluña Miguel Roca, amigo del monarca desde los tiempos de la transición democrátic­a.

La llegada al trono de Felipe VI supuso, además de la salida de la infanta Cristina —al igual que la infanta Elena— de la familia real, un cambio en la reacción de la institució­n respecto del Caso Nóos.

Desde hace tres años Cristina y Felipe no mantienen ninguna relación y el rey en todo momento ha evitado encontrars­e con ella. m

La renuncia no afecta el proceso legal; la justicia no opera en función de títulos, dice la defensa Desde hace tres años la infanta Cristina y Felipe VI no mantienen ninguna relación

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La Zarzuela asegura que el propio monarca comunicó a Cristina su determinac­ión el 1 de junio.

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