Tratan a niños autistas a ritmo de son jarocho
Sael Bernal, maestro del Taller de Son Jarocho, cuenta que la experiencia ha sido parte de un proceso lento. Las primeras veces, como todos los niños son diferentes, hubo quien hizo las actividades rápido, pero otros lo hicieron más lento, pues llevan otro proceso. “Al principio había niños que no querían hacer las actividades, que se jalaban los cabellos, salían corriendo y lloraban; no podían soportar el sonido de la jarana. Conforme pasó el tiempo se fueron adaptando. Un factor importante en este sentido son los papás. Los padres de familia que cantan y bailan con entusiasmo enfocándose en su hijo logran que el niño lo acepte.
Camil Meneses, otro maestro del taller, dice que idearon este proyecto, con esta música, porque es la que se toca en Veracruz hace más de 300 años: “Es un género que habla de nuestro entorno”. m