Milenio

FRANCISCO CÉSPEDES “INVERTÍ 80 MIL DÓLARES PARA PODER CANTAR EN CUBA”

- Por Héctor González

A Francisco Céspedes la voz no se le quiebra ni cuando está mal de la garganta. El músico cubanomexi­cano, además de ser un amante del bolero y el jazz, se reconoce como un ‘martiniano’, le debe a José Martí el descubrimi­ento de la musicalida­d de las palabras. A sus pocos más de 50 años, apenas en 2014 cumplió el sueño de ir a cantar a su isla, experienci­a que espera repetir pronto para presentar su nuevo disco Todavía.

SU NUEVO DISCO SE LLAMA ¿TODAVÍA LE FALTAN COSAS POR HACER Y TIENE ÁNIMO PARA TRABAJAR?

Todavía es una palabra atemporal, donde coincide pasado y presente. Manzanero, Milanés, son autores que tienen canciones con esta palabra, eso te habla de su fuerza. No obstante, para mí el pasado no existe. No me interesa, y mira que me gusta la historia. Investigo sobre mis abuelos, de dónde vengo. No soy un patriota y en cambio sí venero a mis viejos maestros Beny Moré, Antonio Machín y Gabriel García Márquez.

¿HACE “PANCHOS”?

y (grabado con Armando Manzanero). Sí, al menos eso dicen. No es algo que me guste pero me salen. Así es mi carácter aunque trato de controlarm­e.

¿QUÉ LO HACE RABIAR?

Mi personalid­ad, libertad e irreverenc­ia. La gente se conforma con formalidad­es cosa que mi no me interesa.

¿QUÉ ES MÁS FÁCIL, COMPONER O DESCOMPONE­R UNA CANCIÓN?

No sé, creo que componer una canción. No sé cómo se descompone aunque supongo que habrá quien lo haga con facilidad. Cuando me siento a escribir ya tengo muy claro lo que voy a hacer. La musa no baja instantáne­amente, para cuando estoy frente al papel ya la enamoré.

¿LE TEME A LA CURSILERÍA?

No, hay una cursilería que me encanta. Incluso la exageració­n puede ser fantástica. La cursilería molesta cuando es banal, pregúntale a Almodóvar, un hombre tan cursi como profundo.

¿QUÉ CANCIÓN LO LLEVÓ A SER CANTANTE?

No sé, no divido mi vida por etapas. Dejo que las cosas fluyan, en cambio sí recuerdo la primera que canté en mi vida, fue “Sabor a mí”, de Álvaro Carrillo. No es que sea mi favorita pero ahí empezó todo. La canción que me enseñó a redescubri­r la belleza fue “Luz de sol”, de Caetano Veloso, uno de mis músicos preferidos. En cambio, el tema que me llevó a cambiar mi forma de componer fue “Para vivir”, de Pablo Milanés, me enseñó a ser más profundo y realista; a ver la vida y dejar de mirarla.

¿LA VIDA DE FRANCISCO CÉSPEDES A QUÉ CANCIÓN SUENA?

A ¿Dónde está la vida?, frase de mi canción “La vida loca”.

¿Y DÓNDE ESTÁ?

En el presente, en eso ando.

¿CUÁNDO PIENSA EN CUBA QUE LE VIENE A LA MENTE?

En estos momentos, mi gente que lleva varios años pasándolo mal.

APENAS EL AÑO PASADO SE PUDO PRESENTAR EN CUBA, ¿CÓMO LE FUE?

Cuba está cambiando, por mucho tiempo estuve censurado. Me costó mucho trabajo hacer las presentaci­ones porque un mes antes alguien que cree que domina y se beneficia de tener secuestrad­os los gustos de la gente, decía que mi música tenía que insertarse lentamente en la cultura cubana. Fue gracias a Leo Brouwer, el mayor representa­nte de música clásica cubana, que se pudo concretar mi viaje. Aun así, tuve que pagar todo, mis luces, cables… me gasté 80 mil dólares en dos conciertos. Quiero volver a fin de mes, pero estoy haciendo números porque no puedo

gastar tanto dinero.

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