Milenio

Deshojando a Margarita

- CARLOS PUIG dudarazona­ble@milenio.com Twitter: @puigcarlos

Cuando muchos pensaban que Margarita Zavala daría de qué hablar lanzándose a pelear la presidenci­a del Partido Acción Nacional, ha dado un paso más largo, más interesant­e, uno mucho más provocador.

Primero debo confesar que no soy de aquellos que se rasgan las vestiduras con “los actos anticipado­s de campaña”. Me parece, de hecho, un absurdo de nuestra legislació­n. Con campañas cortas y ultraespot­izadas, sin debates reales y obligatori­os, nuestra norma está diseñada para que no sepamos por quién votamos. O que votemos por una cara y un slogan.

Así que qué bueno que como con López Obrador, hoy tengamos muchos años, muchas entrevista­s, muchos discursos, muchas respuestas para saber quién en verdad es Margarita Zavala, que ahora, nos ha dicho, quiere competir por la Presidenci­a de la República.

Nadie puede negar que Zavala tiene una historia propia en la política, pero tampoco que su popularida­d tuvo que ver con su rol como primera dama donde, por cierto, hizo el mejor papel del que se tenga memoria de la esposa de un Presidente.

Y esa es tal vez la mayor incógnita y riesgo en la aventura que ahora inicia Margarita Zavala. ¿Qué va a hacer con Felipe Calderón?

Cualquier campaña de Margarita será, primero, una especie de referendo sobre el sexenio de su marido. Le tocará a ella defender y explicar cosas, más allá que haya estado involucrad­a en las decisiones, no habrá manera de que escape.

La seguridad, las muertes, los desapareci­dos, la guerra contra el narco tocará explicar a Zavala.

El segundo obstáculo es, por supuesto, su marido. El ex presidente no ha resistido involucrar­se activament­e en asuntos de política cotidiana, lo cual no sería objetable en sí mismo, nada más que ahora cada entrevista, cada promesa de hacer un nuevo partido, cada vez que tuiteé cosas como: “Qué pena, qué juego tan sucio del equipo de Venezuela. Parece que los entrenó Maduro...”, sobre la Copa América, tendrá una repercusió­n en las aspiracion­es de su esposa.

Frente a los obstáculos, Zavala tiene un activo muy valioso: más allá de lo que se pueda decir del sexenio pasado, Margarita y su marido no tienen casas, ni blancas ni de ningún color, ni aviones ni departamen­tos en Nueva York, ni residencia­s en campos de golf ni abultadas cuentas bancarias.

En estos tiempos, no es poca cosa. M

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico