Banksy y su Disneylandia oscura
Hace muchos años, Banksy, el enigmático grafitero inglés cuyo rostro no conocemos, entregó en algún muro anónimo la imagen de Mickey Mouse. Junto a este personaje de Disneylandia situó un letrero: “Bienvenido a Dismaland. La vida no es siempre un cuento de hadas”. Siguió trabajando la idea y hace un par de semanas acaba de presentar al público un parque temático, una especie de Disneylandia al revés que bautizó como Dismaland, con obras suyas y de otros 58 artistas internacionales. Dismal es un término anglonormando originado en el francés antiguo: dis y mal, es decir, días malos. En Inglaterra, dismal tiene varios significados: depresivo, triste, nuboso, inadecuado, decepcionante… De manera que podemos traducir Dismaland como Tierra Triste o quizá Tierra Oscura. El artista y diseñador catalán Javier Mariscal ya había hecho una sátira de Disneylandia, pero ciertamente fue Banksy quien primero pegó en los muros de Londres su Mickey Mouse de Dismaland.
DISMALAND ADOLESCENTE
¿Por qué una Disneylandia oscura o deprimente? Porque en años anteriores Banksy intervino la verdadera Disneylandia con una instalación de la Bahía de Guantánamo. Porque Banksy, como siempre ha hecho con otros temas, subvierte los mensajes “positivos” de Disneylandia —Europa tiene la suya en Francia—. Artista underground durante mucho tiempo, fue el anónimo autor de cientos y cientos de grafitis aparecidos en los muros sin que nadie supiera quién los realizaba. Pero todo se acaba y Banksy se ha convertido en una celebridad e incluso hay lectores de The Guardian que revelan el que sería su verdadero nombre. Dismaland fue instalado en un antiguo parque temático abandonado adonde Banksy iba de niño: Tropicana. La prensa inglesa publicó algunos reportes sobre el misterio que rodeaba al viejo sitio en donde trabajan muchas personas, y hasta ahora se supo que era nada menos que Dismaland, que estará abierto hasta el 27 de septiembre.
CENICIENTA SARCÁSTICA
La última exposición del artista en su Bristol natal, playa de moda a unas dos o tres horas de Londres, atrajo más de 300 mil personas. ¿Puede una celebridad entregarnos algo realmente subversivo así practique el sarcasmo crítico contra Disneylandia? Por lo que puede verse en videos y reportajes publicados por todos lados, y tratando de no descalificar a un artista que nos ha entregado imágenes formidables durante años, Dismaland es un parque temático más útil para adolescentes que para adultos. Con excepción de la espléndida pieza que cuestiona la migración a bordo de balsas, tan rechazada hoy en Inglaterra, no solo porque es un país carísimo sino porque sus habitantes sienten que los extranjeros les están quitando el trabajo, y partiendo del hecho de que no he podido viajar a Bristol, puedo imaginar que Dismaland sirve para disparar el sentido crítico de los más jóvenes desde un humor menos ácido que de costumbre. Sin embargo, los adultos que lo visitan a diario parecen muy felices. “¡Es taaan deprimente!”, dijo alguien por ahí. Por supuesto, en Dismaland no pudo faltar la versión sarcástica de Cenicienta.
ARTE COMO ESPECTÁCULO
Carmen Valiño, de ElPaís, escribe que “en el fondo Banksy ha levantado una catedral de la risa amarga, una galería de obras e instalaciones que mezclan humor negro y mensajes sutiles para recordarnos que el nuestro no es, ni mucho menos, el mejor de los mundos posibles”. Y describe a continuación una maqueta de una ciudad entera vigilada por policías antidisturbios, con edificios decadentes y un sinfín de coches chocados. Las imágenes de los videos le hacen pensar a uno en un escenario edulcorado de BladeRunner, la película post apocalíptica de Ridley Scott que signó la década de 1980. Pero momento: ahí están artistas como Damien Hirst, muy interesante al principio y luego convertido en una simple marca. Si hace un año Banksy colocó en el West Bank de Londres nueve esténciles fabricados con spray sobre Palestina, quizá debamos esperar un poco para ver qué sucede. Por lo pronto se reportan 4 mil ingresos diarios al parque de Dismaland ubicado en Westonsuper-Mare, la zona más atractiva de este centro turístico. ¿El arte como espectáculo también ha trastocado la formidable ironía crítica de Banksy?