MATÍAS CARBAJAL:
20 EN EL LUNARIO
Se entiende que el compositor y pianista Matías Carbajal tenga una relación profunda con las artes plásticas. Hijo del escultor Sebastian, en su casa —aparte de pinturas, grabados y esculturas—, con frecuencia veía como figuras familiares a Mathias Goeritz, Manuel Felguérez, Vicente Rojo y muchos otros artistas. De hecho su nombre es un reconocimiento a Goeritz, gran amigo de su padre.
La música también era parte de su vida, porque su padre es muy afecto a escucharla. Incluso tuvo una relación muy cercana con Enrique Nery, pero curiosamente en su niñez y adolescencia sus pláticas eran sobre otros temas, menos de música. Lo mismo ocurrió con Eugenio Toussaint. “Llegué a la música por curiosidad propia —dice—. No hay nadie en la familia que se dedique a ella, pero el gusto me nació porque mi padre me inculcó la música desde niño. Me hacía escuchar grabaciones, me llevaba a conciertos y me hacía estudiar la historia de la música”.
En casa apareció un piano y el destino de Matías se orientó a la música, a la que ya le ha dedicado 20 años de vida profesional. Para celebrarlo, mañana presentará en el Lunario del Auditorio Nacional su segundo disco, Parcours, grabado con un ensamble de jazz, con el que se le identifica más recientemente, pues también es cantautor. No se trata, advierte, “de un disco del jazz que estamos acostumbrados a escuchar. Es una fusión de ritmos, sí con músicos de jazz e influencia de la improvisación, pero también tiene mucho influjo de la música mexicana, incluso del rock progresivo, la música latina… La música tiene un lenguaje propio, que no es fácil de encasillar”.
La lista de invitados a lo que llama “un fiestón” habla de su gusto por lo ecléctico: Horacio Franco, Javier Nandayapa, Dulce Chiang, Dannah Garay, Jaramar, Juan Pablo Manzanero, Dulce Resillas, Jorge Retana, Jazzamoart y otros. “Ha sido un poco complicado conciliar tantos estilos, tantos tipos de música y de personalidad, porque tengo desde cantantes de ranchero, ópera y jazz, hasta grandes instrumentistas. Pero, a final de cuentas, podemos convivir en un escenario músicos de diversas vertientes, todos alrededor de lo que yo he ido inventando en estos 20 años”.
Parcour, explica Carbajal, “es una palabra en francés que significa ‘recorrido’, pero recorrido con algunos obstáculos, con cierto grado de dificultad. Tomé la palabra para resumir lo que engloba el disco”.
La invitación está hecha para compartir este recorrido musical, en el que músicos de varios géneros convivirán en torno a la obra de Matías Carbajal. m