Fondos de cobertura, ante el reto del flujo de capitales
Esos instrumentos han registrado ganancias casi todos los trimestres desde 2006 y los años de la crisis financiera
¿Por qué alguien invertiría en un fondo de cobertura? Mientras los mercados de valores del mundo recibieron los golpes de la peor turbulencia en años, la pregunta tiene una nueva chispa. Si de hecho ya vimos el final de las extrañas condiciones de los últimos seis años, cuando la mejor forma de ganar dinero era invertir en un índice accionario en Estados Unidos y relajarse, entonces los fondos de cobertura al menos pueden ser capaces de demostrar su valor. Y, sin embargo, desde un punto de vista comercial, prosperaron durante los años de malos rendimientos.
El desempeño de los fondos de cobertura se veía mediocre, con una base de términos absolutos. Los datos del rendimiento de agosto serán interesantes. Las señales indican que se posicionó a los fondos de cobertura de una forma correcta como valores defensivos ante una venta masiva. Los índices HFRX sugieren que los fondos de cobertura de renta variable superaron a las compañías del S& P 500 en 7 puntos porcentuales durante la venta de finales de este mes. Además de eso, este índice tuvo un rendimiento inferior al S& P en su conjunto en 60 por ciento desde que el mercado tocó fondo después de la crisis de marzo de 2009.
Pero este terrible desempeño no frena la inversión de dinero en ellos. Con la única excepción del cuarto trimestre de 2011, los fondos de cobertura registraron ingresos netos cada trimestre desde la crisis financiera (detonada desde 2006), según Hedge Fund Research. Durante ese periodo sus activos globales se recuperaron de 1.33 billones (millones de millones) de dólares a casi exactamente 3 billones de dólares.
Entonces, ¿por qué se invierte dinero allí, y qué efecto tiene? La inversión en los fondos de cobertura después de la crisis proviene casi en su totalidad de grandes instituciones, comandadas por los fondos de pensiones, cuya prioridad es fijar un modelo de asignación de activos. Esto significa una diversificación, del tipo que ofrecen los fondos de cobertura, incluso si los rendimientos son malos en una época cuando las acciones van para arriba. En segundo lugar, significa una alternativa a los bonos convencionales, que están en niveles históricamente caros.
Como Don Steinbrugge, un veterano de la industria que analiza el sector para Agecroft Partners en Virginia, dice: “Siempre y cuando el rendimiento esperado sea mayor para los fondos de cobertura que para la renta fija, seguiremos viendo dinero que cambia de renta fija a los fondos de cobertura. Ya que la mayoría de los nuevos flujos hacia los fondos de cobertura proviene de carteras de renta fija, muchos inversionistas institucionales en el corto plazo estarán contentos si su cartera de fondos de cobertura supera a sus carteras de tasa fija, ya que valida la decisión que tomaron”.
Así que el cambio de las prioridades de las instituciones significa que los fondos de cobertura mantendrán su crecimiento. Sin embargo, el dinero crea un problema. Las estrategias de los fondos de cobertura suelen tener una capacidad limitada. Gastan demasiado dinero para corregir una anomalía que alguien detecta, y lo que va a suceder es una saturación y un horrible desastre. Vean el ac- cidente de los fondos de cobertura “que operan en todos los mercados” en el verano de 2007.
Esto ayuda a explicar por qué la industria creció tan vigorosamente, y la gran mayoría de los activos va a grandes fondos de cobertura. Las instituciones quieren colocar enormes sumas de dinero a un mismo tiempo, y solo los grupos más grandes pueden darles cabida. Eso crea un problema adicional. La economía de los fondos de cobertura no sigue las reglas de las economías de escala. Grandes grupos mantienen fondos de estrategias múltiples con diferentes gestores. A medida que el dinero entra, no nada más ponen dinero en un fondo grande; generalmente tienen que buscar nuevos fondos, con los nuevos gestores, y con ello incurren en costos de inicio. Una encuesta de Barclays a 50 gestores que manejan 360 mil millones de dólares entre ellos reveló deseconomías de escala activas debido a esto.
Otro problema se da con las comisiones de rendimiento. Si un fondo tiene seis estrategias comandadas por diferentes gestores, y tres de ellos superan las expectativas y a tres les va mal, terminan con un rendimiento promedio, pero tiene que pagar los bonos de los gestores exitosos, sin penalizar a los que tuvieron un bajo rendimiento.
En el largo plazo el mayor problema pueden ser las tarifas. Las instituciones se quejan más de los honorarios de que las personas ricas de lo que solían hacerlo, pero esto tiene un efecto lento, de acuerdo con Barclays, la caída anual es de entre “3 y 4 puntos base”.
Ermanno Dal Pont, de Barclays, presenta una analogía con la advertencia sobre el calentamiento global: “La tendencia hacia honorarios más bajos es como el cambio climático... es una tendencia al largo plazo que sin duda va en esa dirección, pero tardará mucho en llegar”.
Los fondos de cobertura no solo crecieron desde la crisis, cambiaron su forma para acomodar a nuevos clientes. Mientras el mercado cambia de dirección, su modelo de negocio, y no solo su estrategia de inversión, será puesto a prueba.