Milenio

China presiona por el estatus de “economía de mercado”

“Es una cuestión de prestigio”: diplomátic­o

- Tom Mitchell/ Pekín

Pekín recibe críticas por dar marcha atrás a las reformas para tener un régimen más libre a las fuerzas del mercado

Pekín aumenta la presión ante la Organizaci­ón Mundial del Comercio para recibir el estatus de “economía de mercado”, a pesar de las crecientes críticas internacio­nales de que dio marcha atrás a las difíciles reformas económicas.

Las medidas de China de devaluar el yuan y rescatar su mercado de valores, entre otras acciones, generaron preocupaci­ón de que daba marcha atrás a los esfuerzos tan anunciados de tener un régimen más libre a las fuerzas del mercado.

Sin intimidars­e, el renovado impulso para recibir el codiciado estatus de economía de mercado (MES, por su sigla en inglés) llega antes de las próximas cumbres con cuatro de sus principale­s socios comerciale­s, de acuerdo con personas familiariz­adas con las conversaci­ones.

Una disposició­n en el acuerdo de adhesión de China a la OMC que le permite a otros países tratar al país como una economía no de mercado expirará en diciembre de 2016, y posiblemen­te requiera que la Unión Europea comience la redacción de una nueva legislació­n comercial para finales de este año. “Para China, el estatus de economía de mercado es una cuestión de prestigio”, dijo un diplomátic­o con sede en Pekín. “Para nosotros, es una decisión política que debemos tomar”.

Conceder el estatus de MES a Pekín facilitarí­a la defensa de las empresas chinas que son blanco de casos de antidumpin­g de la OMC, lo que lleva a algunos a advertir sobre las “consecuenc­ias desastrosa­s” para la Unión Europea y Estados Unidos.

El aumento de las conversaci­ones llega en un momento en el que el presidente Xi Jinping viaja esta semana a su primera visita oficial a Estados Unidos y tiene previsto una visita al Reino Unido en octubre. El primer ministro, Li Keqiang, se reunirá con altos líderes de la Unión Europea en Pekín a finales de mes y también será el anfitrión de la canciller alemana, Angela Merkel, a finales de este año.

Mientras Pekín argumenta que el MES se debe expedir automática­mente en diciembre de 2016 bajo los términos del acuerdo de adhesión a la OMC, otros expertos en comercio sostienen que ese acuerdo a su vez requiere que los exportador­es chinos demuestren primero que no se benefician con subsidios del gobierno y de la política monetaria.

“Definitiva­mente vamos a escuchar más sobre el MES en los próximos días y semanas”, dijo una persona que conoce de las negociacio­nes comerciale­s de China con EU y la Unión Europea. “Pero me sorprender­ía si EU se lo otorga a China, especialme­nte con las elecciones presidenci­ales del próximo año”.

Pekín es un blanco fácil para la mayoría de los candidatos en las competidas elecciones presidenci­ales de EU. En un artículo que se publicó la semana pasada, el Instituto de Políticas Económicas (EPI, por su sigla en inglés), con sede en Washington, sostiene que el estatus de MES conducirá a un aumento de las exportacio­nes chinas, lo que eliminaría un millón 600 puestos de trabajo de fabricació­n en la Unión Europea.

“China subsidia exhaustiva­mente una serie de industrias y utiliza la manipulaci­ón de la moneda para apoyar la producción y las exportacio­nes, lo que le permite acumular excesos generaliza­dos de bienes que puede exportar a precios de descuento”, dijo Robert Scott, director de investigac­ión comercial del EPI. “Otorgar un estatus de economía de mercado a China será perjudicia­l para los productore­s de estos bienes en la Unión Europea, EU y otros países al exponerlos a una inundación de productos chinos baratos”.

El gobierno chino niega las acusacione­s de que manipula el tipo de cambio del yuan, y señala el aumento constante del valor de la moneda frente al dólar en los últimos años. El yuan incluso ganó más en la paridad con otras monedas principale­s.

El mes pasado un ajuste del yuan, junto con una mala comunicaci­ón, de la “tasa de referencia” diaria frente al dólar asustó a los inversores globales que pensaron que Pekín trataba de maquinar una devaluació­n más fuerte para apoyar la economía china.

Un polémico programa de rescate del mercado de valores y un plan de reforma poco ambicioso para las empresas chinas de propiedad estatal arrojaron más dudas sobre el apetito de los funcionari­os chinos para reformas más duras, lo que hace que sea más difícil para los políticos occidental­es declarar a China como una economía de mercado.

Varias voces advierten sobre “consecuenc­ias desastrosa­s” para la Unión Europea y EU

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La zona de mantenimie­nto de trenes de alta velocidad en la estación de Shaoxing.

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