ALFREDO CASTILLO NOS COMPARTE LA REALIDAD DEL BOXEO AMATEUR EN MÉXICO
Para José Sulaimán (q.e.p.d)
Soy el primero en celebrar que los atletas de alto rendimiento alcen la voz y puedan exponer de manera pública su punto de vista sobre la forma en cómo se maneja el deporte en México. Me gusta saber qué piensan, cómo se sienten, qué les preocupa.
A diferencia de lo que muchos consideran, disentir es el inicio de una dialéctica que nos permite llegar a buen puerto. Cuando se generó el “escándalo” sobre el famoso traje de baño de Fernanda González en los Panamericanos de Toronto, le pedí a Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano (COM) que me permitiera hablar con ella antes de que el COM, por indisciplina, la regresara a México. Pude platicar con Fernanda en la Villa Panamericana y en unos minutos arreglamos el tema.
De igual forma, en su momento cuando los basquetbolistas me pidieron regresar a Sergio Valdeolmillos a la selección, pude platicar con él, y después de algunos obstáculos administrativos, logramos resolver el problema y Sergio pudo dirigir a la selección nacional en el pasado Preolímpico.
Cuando anuncié que no habría estímulos económicos por la cosecha de medallas, muchos alzaron la voz. Curiosamente fueron más medios de comunicación que atletas o entrenadores. Ellos estaban concentrados en ganar o competir. Después de varias semanas logramos generar economías que nos permitieron recompensar a nuestros medallistas, incluyendo a los entrenadores, y pudimos repartir casi 50 millones de pesos.
Si hemos logrado este tipo de acuerdos, ¿por qué habría de negarme a pagarle a los boxeadores su viaje a Qatar para una competencia?
Partiría de una premisa muy simple: Por los resultados. El Campeonato Mundial de Boxeo se efectúa desde 1974 y es organizado por la AIBA (Asociación Internacional de Boxeo Aficionado). Actualmente se realiza cada año impar. De acuerdo a la información de la AIBA, México ocupa el lugar 51 con un bronce.
Países como Suecia, Tayikistán, Marruecos o Noruega tienen mejores resultados que nosotros. Y países como Costa Rica, Nueva Zelanda, Pakistán, Panamá o República Dominicana tienen los mismos pobres resultados.
Pero si pensamos en el profesionalismo, ¿cuántos campeones mundiales tiene México en su historia? 150. Solo la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, con 300 mil habitantes llegó a tener al mismo tiempo cinco campeones mundiales de boxeo.
¿Tiene correspondencia tener 150 campeones a nivel profesional y un solo bronce a nivel mundial en la categoría amateur?
Si después de reflexionar sobre este punto analizamos que en los últimos 26 años tenemos al mismo dirigente de boxeo amateur, la pregunta sería: ¿Por qué sigue ahí? ¿Se imaginan a un entrenador de futbol que lleve 26 años siendo el último de la tabla y que se mantenga en su puesto?
Pero si además de eso le añadimos irregularidades administrativas, ¿no será responsabilidad de la autoridad actuar en consecuencia?
Y cuando se actúa, ¿qué pasa? Viene el chantaje y el uso de los atletas como patrimonio personal.
¿No hubiera sido más fácil que los boxeadores en lugar de pedir centavos en los microbuses hubieran asistido al área de Alto Rendimiento de la Conade? Por supuesto que sí. Pero es claro que eso no le conviene al dirigente del boxeo amateur. Él no quiere dinero para los atletas. Él lo que desea es que se le deposite en su Federación para tener la libertad de manejar los recursos como él quiera, como lo ha hecho los últimos 26 años.
Lo he dicho en cada entrevista que me realizan. Tenemos que llegar a la firma de contratos con los atletas en donde ambas partes nos sujetemos a derechos y obligaciones. No todo puede ser beneficios de manera unilateral para una de las partes, sea quien sea.
En los últimos años Brasil y Colombia nos han superado en materia deportiva. Si no hacemos un cambio importante, en el futuro serán Venezuela, Chile, República Dominicana, Puerto Rico y hasta Guatemala en algunas disciplinas.
Al boxeo, como el beisbol, el atletismo y el basquetbol los tenemos que recuperar. Ya si no lo hacemos por las medallas, de menos hagámoslo por la masificación, porque lo practican millones de mexicanos.
Si alguien me da un solo ejemplo de un país de la OCDE que en algún deporte tenga peores resultados que el de nosotros en boxeo amateur y que su presidente permanezca más de un cuarto de siglo dirigiendo dicha disciplina, me callará la boca con creces. Por lo pronto, pienso que no podemos mantener ese nivel de mediocridad, el cual nos debe indignar y lastimar a todos.
Si queremos seguir teniendo un deporte en el lugar 51, dejemos las cosas como están. Si queremos resultados tendremos que romper intereses y arreglar los problemas de raíz. Hago un llamado a los atletas a luchar y a alcanzar sus metas para poner el nombre de México en alto. Que la gente entienda que todo esto que se está haciendo es con el único objetivo de que México no solo recupere la grandeza en materia deportiva, sino que dejemos establecidas las bases para que el país tenga un mejor futuro en su historia deportiva.