Corrupción, impuesto oculto para empresas, señala el Imco; la OCDE reduce a 2.3% previsión del PIB
La práctica genera pérdidas por 900 mil millones de pesos, lo que equivale a cinco reformas fiscales de 1% del PIB, o bien 87 veces el presupuesto de la UNAM, advierte el instituto
Debido a la corrupción, México se ubica en el lugar 36 de 43 países del Índice de Competitividad Internacional 2015 que publicó el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Y para agravarlo, esta práctica deja pérdidas por 900 mil millones de pesos que afectan más al sector más productivo del país, las pequeñas y medianas empresas “ya que no cuentan con recursos para contratar mediadores o gestores que les ayuden a resolver problemas como sobornos o extorsión”, dijo María Amparo Casar, directora de Anticorrupción del Imco. “Las grandes empresas tienen más recursos para enfrentar dichos problemas”, afirmó. “La corrupción es un impuesto oculto a las empresas”.
Este flagelo genera pérdidas de entre 2 y 10 por ciento del PIB, según el instituto. Para dimensionar este dato, el Imco señaló que 5 por ciento del PIB representa 900 mil millones de pesos, equivalentes a cinco reformas fiscales de 1 por ciento u 87 veces el presupuesto de la UNAM.
La prensa mexicana, dijo Casar en conferencia, reportó en los últimos 16 años 272 escándalos de corrupción tan solo entre gobernadores, y solo 21 casos —8.3 por ciento— fueron castigados.
Por comparar, dijo, mientras en México en 41 casos de corrupción en los que se acusa a gobernadores se investigan 16; en Estados Unidos se reportan nueve casos y se investigan todos. Y mientras en México se castigan cuatro nuevos casos, en EU todas sus investigaciones derivan en sanción.
A pesar de que México es considerado un país competitivo, “atractivo para el talento y la inversión, y detona oportunidades de desarrollo y oportunidades para todos sus habitantes”, solo avanzó un lugar del índice al pasar del 37 al 36.
México reportó un descenso en materia de derecho, por el alto costo de la delincuencia, homicidios, deficiente protección a acreedores, así como poca confianza de la población a las autoridades, y pocos avances en la protección a derechos de autor, lo que propicia la piratería.
Estos factores relacionados a la corrupción y una deficiente impartición de justicia, estancó al país en el lugar 40 de 43 países, entre 2011 y 2013.
Casar indicó que los países con mayor índice de corrupción tienen menor recaudación fiscal, y en el caso de México, la captación de impuestos se ubica en 9 por ciento, el más bajo entre los países de la Organización para el Comercio y Desarrollo Económicos (Ocde).
Además, los costos económicos de la corrupción se reflejan en 5 por ciento de menor inversión, según el FMI; una caída en 5 por ciento de ventas anuales de las empresas según la auditora EY; y una pérdida de 480 mil empleos al año, de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado.
Asimismo, México empeoró en materia ambiental un lugar, al pasar del 34 al 35, debido a un mayor estrés en el suministro de agua, mayor vulnerabilidad por el cambio climático, y el uso de fertilizantes dañinos.
En sociedad, el país cayó dos lugares —del 35 al 37—, debido a que los mexicanos tienen que desembolsar más de su propio dinero en salud, además de una caída en la cobertura de vacunación, un deficiente aprendizaje de inglés y la marcada desigualdad económica.
En cuanto a la calificación del gobierno, se perdieron tres escaños, al pasar del 24 al 27, “pese a mejoras en la mayoría de los indicadores (pago de impuestos, gobierno electrónico, índice Doing Business, presupuestos), al aumento en la carga impositiva y al avance de otros gobiernos que hicieron que el país retrocediera”.
En contraste, México mejoró en su sistema político, al incrementar la participación electoral; mejorar en el apartado de factores de producción como crecimiento en la productividad y en el valor de su agricultura, así como en transparencia en propiedad.
En cuanto a la economía, se registraron más activos financieros y reservas, menor desempleo y menor desaceleración. m