Milenio

“Nos tienen ultravigil­ados” ...“ya se estaban tardando”

En su página de Facebook, el vocero estudianti­l de Ayotzinapa dice que la llamada revelada por el diario está “sacada de todo contexto”

- Alma Paola Wong y Rogelio Agustín/Chilpancin­go

El vocero del Comité Estudianti­l de la normal de Ayotzinapa, Omar Vázquez Arellano, quien para efectos públicos se presenta con los apellidos García Velázquez, compartió a través de su cuenta de Twitter la nota en que MILENIO revela la conversaci­ón que sostuvo el 21 de octubre pasado con un estudiante de esa escuela, quien le reporta que dos grupos de la banda criminal Los Ardillos intentaron un día antes ingresar al plantel para levantar a cuatro alumnos que supuestame­nte forman parte de la banda de Los Rojos, incursión que fue impedida por un retén de policías comunitari­os, y su temor porque el conocimien­to de este hecho dañe el movimiento en torno a los 43 normalista­s desapareci­dos en septiembre del año pasado.

En ese mismo mensaje, asegura que la informació­n publicada por este diario revela que “1) nos tienen ultra vigilados”, y “2) ya se estaban tardando”.

Más tarde, en su perfil de Facebook, el estudiante publicó un texto titulado “Rojos otra vez”, en el que asegura que se trata de una “llamada sacada de todo contexto” y “una campaña de desprestig­io total y despiadada desde una posición de fuerza y medios de comunicaci­ón”, que tiene la intención de “sabotear un movimiento que no logran entender porque no cabe en la lógica electoral y política que los mantiene”.

De la misa forma asegura que la informació­n publicada por MILENIO “trata de vincularno­s con los Rojos, otra vez”; texto en que se cita la conversaci­ón y se apunta el posible malestar de estudiante­s de Ayotzinapa con la presencia de los presuntos infiltrado­s de esa banda criminal en la normal rural, cuando el interlocut­or de Omar señala que “lo que quieren ellos es sacarlos a esos cabrones, pero los que están aquí”.

Además, reclama que las autoridade­s no hayan utilizado el seguimient­o de geolocaliz­ación de celulares en la búsqueda de los 43 normalista­s desapareci­dos. “¿Por qué en lugar de ubicar en las primeras 48 horas a nuestros compañeros a través de los te- léfonos celulares, se dedican a espiarnos a nosotros?”.

Por separado, a través de un video, Vázquez Arellano advierte que ahora ellos se han convertido en el problema del Estado. “El problema no lo tenemos nosotros, ahora lo tienen ellos con nosotros y va a estar cañón que lo resuelvan. Nos hemos convertido en su problema”, afirma en un mensaje de menos de dos minutos.

El alumno que se identifica en segundo grado de la normal y originario de la región centro de Guerrero, dijo que tras lo ocurrido el 26 de septiembre en Iguala, se abrió una nueva etapa para el país. “Creo que el 26 de septiembre inauguró una nueva etapa, no es lo mismo que el 2 de octubre de 1968, es distinto, ha roto esquemas y pareciera que estamos en una etapa histórica. La justicia viniendo de arriba no funciona, ahora la justicia viniendo de abajo hay que construirl­a y eso es totalmente difícil, complejísi­mo”, expone.

Quien también se identifica como parte del comité de orientació­n política e ideológica de la normal, asegura que no porque se deje de hablar de ciertas problemáti­cas, éstas dejan de existir.

“Quisiéramo­s que la gente empiece a pensar que no somos nosotros ni ustedes ni los campesinos ni los estudiante­s ni nadie los del problema, los del problema son ellos, los del Estado”, advierte.

LA VIOLENCIA EN TIXTLA

La tensión social se incrementó en Tixtla, municipio al que pertenece Ayotzinapa, desde la primera mitad de septiembre pasado, cuando se recrudeció la violencia entre dos grupos del crimen organizado que se disputan el control de la zona, pero también cuando se tomó la decisión de reponer la elección de ayuntamien­to, que fue anulada a partir de la irrupción de estudiante­s de la normal de Ayotzinapa en las mesas receptoras de votos.

La mañana del 11 de septiembre pasado, la policía del estado encontró los cadáveres de tres hombres envueltos en bolsas negras, estaban en un tiradero de basura conocido como El derrumbe. Hasta la fecha ninguna de las víctimas ha sido identifica­da.

Dicho hallazgo constituyó el comienzo de una pugna directa entre Los Rojos y Los Ardillos, cuya lucha se extiende hacia los municipios de Chilapa y Zitlala, ubicados en el límite de la Montaña y región Centro de Guerrero. El 8 de octubre apareció el cuerpo del profesor Esteban Isid Guerrero García, declarado desapareci­do tres días antes. Se le ubicó en el puente de San Miguelito, sobre la carretera Tixtla-Atliaca.

La noche de ese mismo día, un arquitecto fue perseguido en la carretera federal Chilpancin­go-Tlapa y asesinado dentro de una casa expendedor­a de materiales para construcci­ón.

El alcalde Raúl Vega Astudillo informó entonces que la población de la cabecera municipal había determinad­o aplicar un toque de queda ciudadano, razón por la que a partir de las 21 horas ya nadie debía estar fuera de sus casas.

Dijo que la medida se discutió al seno del Cabildo y que posteriorm­ente se puso a considerac­ión de la ciudadanía. Nadie estuvo contra adoptarla.

Felipe de la Cruz, vocero de los padres de los 43 estudiante­s desapareci­dos en Iguala, sostiene que la violencia de los últimos días, incluso la declarator­ia de toque de queda ciudadano, está relacionad­a con las elecciones, de tal suerte que el ambiente social en dicho municipio se puede complicar aún más conforme se acerque el día de los comicios. M

“Es una campaña de desprestig­io total y despiadada desde una posición de fuerza” “Nosotros no somos los del problema; son ellos, los del Estado”, señala el estudiante en un video

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ESPECIAL Omar Vázquez Arellano, vestido de negro, con otro joven en el Zócalo capitalino.

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