La ‘ciencia’ de Osorio
Lecciones breves, pero bien aprendidas, parece decir el seleccionador mexicano Juan Carlos Osorio en cada gráfica que, al calor de elegir foto de portada, pasan por delante; el colombiano interactuó con todos sus nuevos dirigidos cual maestro en el día de su presentación ante la clase, una ya curtida, sí con sus mañas, pero también con su experiencia. Una buena clase, una gran clase. Y un buen profe.
De lo mucho que habló Osorio, dijo que en defensa prefiere los perfiles naturales, en ofensiva no ve mal, nada mal, los contrarios; digamos, para que le agarre la hebra, si Miguel Layún va de lateral será por derecha, mientras Andrés Guardado por izquierda; para abreviar, dos jugadores en ubicaciones opuestas a las que usted los ha visto brillar, aunque devueltos a lo que la naturaleza les dotó, por obra de Juan Carlos.
Dijo el seleccionador -insisto en que de entre lo mucho que abordó-, palabras más o menos, que si hemos visto buenas actuaciones de un buen futbolista, como lo es Miguel, jugando como derecho por la izquierda, al natural será mucho menor. Consciente de los riesgos, aunque pienso más que de los beneficios, que su filosofía futbolística le arrojará, Osorio fue intrépido y lanzó su mejor carta a temprana hora, como para pedir un tiempo de gracias, a ver qué resulta: “Si las cosas salen bien es mérito de los jugadores y si no, yo pagaré las consecuencias”.
El colombiano tiene razón, así será, acabará siendo el responsable que las innovaciones se le encharcan o los jugadores, también a temprana, hora se fastidian, por muy disciplinados en lo táctico que se presuma es el mexicano; en todo caso, ese solo ingrediente, el de las innovaciones, levanta morbo el debut del viernes ante El Salvador en el estadio Azteca.
Que sea lo mejor, Osorio, que al fin tampoco es ciencia, solo mover jugadores y convencerlos de que son mejores ahí, que donde labraron fama.