Sigue la turbulencia
Esta semana persistió el sentimiento negativo en los mercados financieros de México y el mundo. Es importante señalar que una de las variables más importantes de esta crisis de confianza se refiere al crecimiento de China.
Pues bien, el lunes debería de haber quedado despejada la duda, ya que se anunció que esa economía creció 6.8 por ciento en el cuarto trimestre de 2015 y en el año 6.9 por ciento.
La reacción a la noticia fue mixta: Por un lado los pesimistas resaltaron que un avance de 6.8 por ciento en el último trimestre era el más bajo desde la crisis de 2008, lo cual es cierto, y los menos negativos opinaron que los datos reflejaban un crecimiento más lento pero aceptable, dado el tamaño que ya tiene esa economía.
El martes los mercados compraron al principio la tesis más moderada; sin embargo, a lo largo del día salieron muchas voces de distintas fuentes financieras diciendo que las cifras dadas a conocer por el Banco Central de China estaban maquilladas y no reflejaban la realidad de lo que está sucediendo en la segunda economía del mundo.
¿Quién tiene la razón?, francamente no lo sé.
Es posible que en realidad, esa economía esté creciendo un poco menos de lo que dicen las cifras oficiales; pero también es cierto que está muy lejos de entrar en un ciclo recesión, como algunos pronostican. China seguirá siendo noticia, y habrá que estar muy atentos a los indicadores oficiales y privados que ya existen para monitorear esta situación.
La variable que más perjuicio causó en los mercados financieros fue la baja continua en los precios del petróleo que están aún lejos de estabilizarse.
El día de ayer hubo un rebote ligero de los mercados porque el Banco Central Europeo abrió la posibilidad de que en marzo anuncie nuevos estímulos; pero sobretodo, influyó que el petróleo recuperará algo del terreno perdido y regresará a los niveles muy cercanos a 30 dólares el barril (hablando del WTI).
Nuestra moneda se llevó la peor parte, ya que el miércoles llegó a cotizar en el interbancario a 18.60, cuando el petróleo tocó los 26 dólares por barril. Es difícil hacer predicciones a corto plazo, pero a mediano plazo el peso debe de ganar algo de terreno para regresar a los 17.40 por dólar, toda vez que claramente está subvaluado; aunque hoy persiste el sentimiento negativo, amén de que, como ya hemos comentado, nuestra moneda es utilizada por los grandes inversionistas internacionales como cobertura de activos riesgosos en otras divisas.
Las cualidades de nuestro sistema cambiario, que hacen que el peso sea la cuarta divisa más líquida del mundo después del dólar, el euro y el yen, en momentos de crisis nos juega en contra.
El costo de hacer coberturas con nuestros pesos es demasiado barato y eso nos perjudica, pero en el tiempo las coberturas empezarán a encarecerse cuando suban un poco más las tasas de interés en el país.
Como prueba de que el peso está sujeto a mucha especulación por las coberturas, está el hecho de que ayer subió el petróleo 5 por ciento, y el peso en lugar de revaluarse se deterioró más, llegando a 18.75 por dólar.
Creemos que si el petróleo se mantiene en el nivel de ayer, el peso mejorará su cotización. m