Celebran y despiden a Scola en la Casa del cine “como si fuera una fiesta”
E El mundo del cine, de la política y numerosos cinéfilos acudieron ayer a la capilla ardiente de Ettore Scola, quien falleció el martes a los 84 años, para participar en la “fiesta” de adiós que el director quería que se convirtiese su funeral. “Me tenéis que celebrar en la Casa del cine como si fuera una fiesta”, fue el último deseo de uno de los grandes maestros del cine italiano, cuyos filmes interpretaban de manera melancólica e irónica la Italia del momento.
Por la Casa del cine, ubicada en el parque de Villa Borghese, se acercaron desde temprano quienes trabajaron con Scola, los colegas que le admiraron y las autoridades institucionales.
Una de las primeras en acudir fue Sofía Loren, quien encarnó el inolvidable personaje de Antonietta en Una jornada particular (1977), en la que alternó con Marcello Mastroiani. “Estoy tan emocionada que no logro hablar”, explicó Loren, que permaneció algunos minutos en la capilla ardiente ubicada en la sala Deluxe, en cuya pantalla gigante se proyectaron extractos de sus películas y fotografías de los rodajes y de la vida del cineasta.
A la capilla ardiente asistieron políticos como Giorgio Napolitano, expresidente de la República italiana; Walter Veltroni, exalcalde de Roma, escritor y documentalista de cine; el fundador del diario La Repubblica, Eugenio Scalfari, y los presidentes de la Cámara y del Senado, entre otros.
Pero ha sido el mundo del cine quien no ha querido faltar al adiós del gran maestro, como los directores Giuseppe Tornatore, Paolo Virzì, Felice Laudadio, Andrea Occhipinti, Ivano Di Matteo y Marco Pontecorvo, además de actores como Ricky Tognazzi y Stefania Sandrelli, otra de sus musas en Nos amábamos tanto (1974). “Además de un amigo era un gran director, de un cine que representaba la realidad con la tragedia, la comedia y la tragicomedia, porque él huía de cualquier definición. Era capaz de hablar de amor o de la maldad de los hombres”, expresó el director Paolo Taviani.
El homenaje de amigos y de los cinéfilos al director de Feos, sucios y malos (1976) continuará hasta hoy por la tarde, cuando, por expreso deseo del cineasta, se realizará una ceremonia laica de despedida con los recuerdos de sus colegas. m