Cinco desafíos
Hace una semana José Luis Ayala me invitó a participar en el cierre de la primera temporada de su programa de radio Xponente. Originalmente hablaríamos de los desafíos del ecosistema emprendedor. Al final, hablamos del lado humano del emprendimiento. Sin embargo, me dejó pensando sobre algunos de los retos que actualmente veo en el emprendimiento en México.
Un ecosistema con menos dinero. No es lo mismo apoyar al ecosistema desde el gobierno, cuando éste vende los barriles de petróleo a 100 dólares cada uno, que hacerlo cuando éstos valen 20 dólares. Todos (y son muchos) los que dependan de estos recursos para sobrevivir, desde fondos hasta incubadoras y aceleradoras, tendrán presupuestos apretados los próximos meses/años.
El unicornio mexicano que no llega. La mejor forma de enseñar e inspirar a otros es con el ejemplo. En materia de emprendimiento, seguimos esperando el primer unicornio mexicano. ¿Llegará? Como van las cosas lo veo imposible. Un unicornio requiere muchas rondas de financiamiento, y en México aún nos sorprendemos cuando una empresa completa una ronda A. Cambiemos la expectativa y promovamos acciones que creen 10 mil empresas pequeñas, mil medianas y 10 grandes, todas muy eficientes y generadoras de empleo y de nuevos emprendedores.
Dejar de ser emprendedor. ¿Cuántas personas conocen que solían ser emprendedores y ya no lo son? ¿Cuáles son las razones de que ya no lo sean? Hay personas que agregan más valor trabajando para una compañía que creando una. ¿Si una de estas personas deja de ser emprendedor y se emplea en una empresa es una mala noticia? Yo creo no. Es bueno para ellos, para sus inversionistas, para sus clientes, y para la empresa que lo contrata.
Pero hay una mejor razón para dejar de ser emprendedor y sucede cuando el emprendedor se convierte en empresario. Ya hemos repetido en esta columna las palabras de Steve Blank: Una start-up es una organización temporal diseñada para encontrar un modelo de negocio escalable y repetible. Convertirse en empresario debería de ser algo así como una graduación. Y no solemos darnos cuenta cuando esto le sucede a alguien. No estamos celebrando este logro y es en donde más inspiración podemos generar. Muchos quieren ser emprendedores eternos. Me suena como querer ser adolescente para siempre: es muy divertido, pero ¿quién quiere tener granos en la cara toda la vida?
Saber cómo vamos. Los indicadores globales no nos dejan muy bien parados en general. El dato más reciente del Global Entrepreneurship Index (GEI) muestra que caímos 12 lugares, del 75 al 87. En dos años hemos perdido 21 posiciones. ¿No queremos creer lo que dice este indicador? No lo hagamos, pero diseñemos nuestro propio tablero de control con los KPI’s que nos permitan ver si vamos bien, regular o mal.
La narrativa. Uno de los principales desafíos es definir la historia a contar del emprendimiento en México. No se trata de “elegir” una historia a conveniencia, sino de contextualizar la realidad del emprendimiento local. Y aquí aún hay mucho por hacer, quizá por temor a mostrar fracasos o a haberlos tenido sin sacar de ellos una lección clara y valiosa. M