El Remate de Libros y la carencia de librerías
Su éxito demuestra no solo el interés de los lectores, sino la necesidad de más espacios
En las primeras seis horas del día de apertura del Gran Remate de Libros del Auditorio Nacional, habían llegado alrededor de 15 mil personas; en el día de la venta nocturna —el viernes, cuando cerraron hasta las 23:00 horas— la cifra superó los 25 mil visitantes.
Ya Carlos Anaya Rosique, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), había señalado que la gran afluencia de público al encuentro editorial y literario no sólo reflejaba su éxito entre los lectores, sino en especial uno de los grandes retos del sector: la necesidad de construir librerías, puntos de venta cada vez más cercanos a la gente.
Incluso, el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, ya había resaltado la importancia de lograr que el libro y el lector se reencuentren, porque no es en sentido estricto una feria de libros de saldo o no deseados, sino “la gran oportunidad de que algunas de las grandes obras de la intensa vida editorial literaria, periodística o científica tenga otra oportunidad, con descuentos de por lo menos el 50 por ciento”. “El Gran Remate es una fiesta para los amantes del libro y la lectura. No hay razón para quedarse con las ganas, independientemente de las capacidades económicas de cada uno, aquí encontrarán libros de alta calidad y a precios accesibles.”
Así es como el Gran Remate de Libros se ha consolidado como una de las mejores opciones culturales de Semana Santa en la Ciudad de México, donde lo mismo se pueden encontrar obras literarias que ya no se hallaban en las librerías, que libros para las tareas escolares, porque entre los 200 expositores y alrededor de 500 sellos editoriales que están representados, se encuentran stands de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional.
Entre 2008 y 2015 han asistido al Gran Remate de Libros realizado en el recinto de Reforma 896 mil 249, cifra que equivale a casi 90 Auditorios Nacionales llenos durante 69 días; en aquella primera edición
Hubo 15 mil personas en las primeras seis horas; más de 25 mil en la venta nocturna
en recinto de Reforma arribaron alrededor de 106 mil personas, mientras en la edición del año pasado llegaron más de 145 mil.
Y en los dos mil 300 metros cuadrados del vestíbulo del Auditorio Nacional, donde se encuentran repartidos los libros, se pueden encontrar títulos que no necesariamente son novedades y, por lo tanto, ya resultaba muy complicado encontrarlos en alguna librería, y a precios bastante bajos: libros de Mario Vargas Llosa a 80 pesos, por ejemplo, o que suelen costar más de 500 pesos, en menos 100.
Como parte del programa de actividades, como talleres infantiles, narraciones orales, conferencias y hasta conciertos, a lo largo del Gran Remate se ha recordado a personajes como Miguel de Cervantes y William Shakespeare, en el 400 aniversario de su fallecimiento; a los escritores Elena Garro y Gonzalo Rojas en el centenario de su nacimiento, así como al poeta Rubén Darío, quien falleció hace un siglo, y a Umberto Eco, quien murió a principios de 2016.
Organizado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana y el Auditorio Nacional, el Gran Remate de Libros cumple una década de existencia, por lo que a lo largo del sábado se llevaron a cabo distintas actividades conmemorativas en la explanada exterior del Auditorio, sobre todo musicales; una fiesta del libro que va a concluir el próximo martes, 29 de marzo.
Durante su estancia en el recinto ubicado en Paseo de la Reforma, los visitantes participaron en las numerosas actividades gratuitas que se ofrecieron en el Foro “Elena Garro”, el Centro de Lectura y la Zona “Inventores Culturales”.