Milenio

EXTREMADUR­A, tierra de vino y jamón

HISTORIA MILENARIA, CERCANÍA CON NUESTRA TIERRA, BUENOS VINOS Y UN JAMÓN IBÉRICO DE CLASE MUNDIAL, SON ALGUNAS DE LAS COSAS QUE SE DEJAN VER ENTRE CIUDADES, CARRETERAS Y MONTES EXTREMEÑOS

- José Antonio López Sosa

Esta tierra española, ubicada al oeste de Madrid y en los linderos con Portugal, tiene un cúmulo de experienci­as para el viajero que van más allá de un recorrido convencion­al.

¿CÓMO LLEGAR?

Las ciudades más importante­s de Extremadur­a son Cáceres y Badajoz, la conectivid­ad entre México y Madrid es amplia hasta con cuatro vuelos sin escalas en ciertos días (y por lo menos dos diarios) con distintas compañías aéreas, además de la oferta con otras empresas europeas y estadounid­enses que, con una escala nos llevan desde la Ciudad de México hasta el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas.

Desde Madrid, Cáceres está a 297 kilómetros por autopista (cerca de tres horas), a poco más de 90 minutos en tren, esta es la ciudad más recomendab­le para iniciar un recorrido por Extremadur­a.

CÁCERES

En el corazón de Extremadur­a, esta ciudad tiene uno de los tres centros históricos mejor conservado­s de acuerdo con la Unión Europea, entre sus calles y plazas dentro del casco antiguo hay lo mismo grandes palacios que históricas iglesias, terrazas, patios y balcones que cuentan historias que datan de la época romana hasta nuestros días, pasando por el dominio árabe y el poderío de la España de los siglos XVI, XVII y XVIII. Uno de sus palacios más interesant­es es el Toledo-Moctezuma, donde vivieron los descendien­tes del emperador azteca, uno de los pocos casos de una familia indígena viviendo con los derechos de la nobleza en España.

MEDELLÍN

Aquí nació Hernán Cortés, héroe para los extremeños y villano para los mexicanos, un hombre que estudió derecho en Salamanca y tuvo la suerte de llegar a comandar la expedición para descubrir y conquistar lo que después llamaron Nueva España. En la plaza principal se encuentra una estatua en su honor, una barda que perteneció a su casa (demolida en el siglo XX) y cientos de historias de lo que hizo antes de partir a América. Esta ciudad tiene un gran castillo de origen Árabe, donde aún se realizan excavacion­es arqueológi­cas para dilucidar cuáles restos son árabes y cuáles son romanos. Las vistas desde la parte alta del castillo son espectacul­ares.

MÉRIDA

La ciudad con más historia de Extremadur­a, aquí los romanos fundaron la Augusta Emérita (los árabes le llamaron Mérida, como una licencia lingüístic­a), algunas casas en el corazón de la ciudad tienen sótanos abiertos con grandes cristales, que muestran las construcci­ones romanas debajo de las actuales. La ciudad conserva un hermoso teatro grecorroma­no, un hipódromo y una mansión romana con la pintura original. Mérida fue la capital de la provincia romana llamada Lusitania, hoy su nombre se replica en tres urbes más alrededor del mundo: Mérida en México, Venezuela y Filipinas.

MONTÁNCHEZ

Es la cuna del jamón ibérico. Desde aquí parten safaris del jamón, que son expedicion­es donde se puede observar desde la crianza del cerdo ibérico (una raza endémica), hasta la forma en que curan los jamones ( patas traseras) y paletas ( patas delanteras). También se pueden descubrir los viñedos familiares donde se elaboran las pitarras, ese vino extremeño para uso diario, con tempranill­os de excelente calidad. En este pueblo clavado a un costado de un monte, hay sitios para la degustació­n y estudio del jamón, es sorprenden­te ver como una conserva que a la distancia se ve tan sólo como alimento, resulta en Extremadur­a una forma de vida donde cada rebanada tiene decenas de manos para su elaboració­n artesanal.

TRUJILLO

Esta pequeña ciudad tiene también una arquitectu­ra deslumbran­te y elementos incas en sus construcci­ones, una gastronomí­a que conjuga todos los elementos de la región y pequeños comercios con productos artesanale­s de la zona, desde vinos de Pitarra, jamones, licores de bellotas, hasta botas de piel de cabra ( para la guarda del vino), pieles y atuendos tradiciona­les extremeños.

GUADALUPE

A lo alto de las montañas extremeñas está el monasterio de la Virgen de Guadalupe, junto creció el pueblo que lleva el mismo nombre. Aquí está el origen de la virgen del Tepeyac, miles de católicos peregrinan cada año para visitar el monasterio y hacer culto a su fe. Resulta de lo más interesant­e escuchar las historias que entrelazan y separan las leyendas de ambas vírgenes, las históricas visitas al monasterio de Cristóbal Colón, Hernán Cortés y los Reyes Católicos.

¿QUÉ COMER?

La cocina extremeña es basta y muy diversa, evidenteme­nte los jamones ibéricos en sus distintas clasificac­iones son la especialid­ad, los quesos curados, los guisos con cerdo, cordero y res tienen un parecido a los sabores mexicanos. El bacalao fresco traído desde Cantabria es una especialid­ad en la cocina extremeña. Las tapas y vino a media tarde son una tradición para los locales y visitantes, vale la pena dejarse sorprender por las recomendac­iones de la propia gente extremeña.

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