El Colegio de México evoca a sus formadores
Reúnen 24 ensayos sobre los académicos que brillaron en los inicios de la institución
de Velvet Underground y termina el día con música gitana, electrónica y experimental.
“¡Cuántas veces he sentido a Pablo Picasso en mi estudio, cuántas veces ha vibrado la presencia de los artistas huicholes junto a mí! Los artistas, nuestros ancestros, bailan a mi alrededor: Van Gogh, Allen Ginsberg, Sergei Parajanov, Jim Morrison, Paul Gauguin, Basquiat, Siqueiros, Sergio Hernández e incluso los monjes budistas. Todos ellos me transmiten su misticismo. No creo que los artistas estén ni vivos ni muertos, creo que ellos permanecen en el mundo terrenal como fósiles de luz”, expresa Carlito. En su más reciente exposición en la Ciudad de México, dentro de las instalaciones de Celaya Brothers Gallery, el artista presenta su propuesta I do not scream for an audience, I shout at the Holy (Yo no grito por una audiencia, yo exclamo por lo sagrado). La presentación muestra piezas realizadas e inspiradas por México. ¿Quién es, qué es TheHoly? “El Sagrado” o “Santo” es una búsqueda, es el centro de nosotros mismos cuando estamos completos; es la energía universal que nos mantiene a todos unidos, es una conciencia superior, es la libertad; es la inspiración mística que nos hace ir más lejos, más profundo, más alto, la esencia del descubrimiento, es la verdad en constante evolución, es la puerta a lo desconocido, es amor puro. ¿Qué director de cine podría dirigir la película de tu vida? Mi único: Sergei Parajanov, ya que mi vida no es lineal ni cronológica sino una búsqueda de la visión, y él podría transformarla en un mitológico viaje por la carretera de la libertad. Cuando permaneciste en el templo budista en Luang Prabang ¿qué era lo que pasaba por tu mente? Cuando estuve ahí todo lo demás se desvaneció, incluso mis deseos; no estaba triste ni feliz, solo estaba. Sin duda, solo la esencia del templo, que se convirtió en un mantra, es una experiencia un tanto chamánica. ¿Cómo fue trabajar para Cirque du Soleil? En ese momento yo tenía mi propio circo, un grupo de teatro de calle experimental, y el Cirque du Soleil nos invitó a crear su gala de estreno mundial. Tenía la magia, la locura y la libertad de experimentar antes de que se convirtiera en el imperio del entretenimiento del mundo del espectáculo que es ahora. ¿Me puedes decir más acerca de la escultura de Pinocho en Miami durante Art Basel en 2013? Llamada La muerte de mentiras, en esta escultura Pinocho deja de mentir y, en lugar de que su nariz crezca, es un árbol lo que crece. La escultura es una edición de 12 que se creó junto con el estudio Haligon en Miami — dicho estudio, fundado en 1875, colaboró en la realización de las estatuas de la Libertad de Nueva York y de París—. También hicimos un Pinocho gigante de tres metros de altura, hecho para que los niños suban. Me encanta cuando las personas tocan el arte, la escultura o la pintura, y solo los niños en estos días se atreven a tocar. ¿Qué hiciste para L’Oreal en Canadá? Realicé alrededor de 30 pinturas para la empresa. Utilicé todos sus archivos, desde la creación de la marca hasta lo que han hecho hoy en día. ¿Qué es lo que más aprecias de México? Me encanta la mitología, arquetipos de magia y leyendas, tradiciones, la sabiduría huichola y la creación de alebrijes, que adoro. La energía de México me parece tan poderosa como un volcán; me siento libre cuando estoy aquí, camino por el Centro Histórico con ropas salpicadas de colores y pinceles en mi pelo, es parte de las escenas cotidianas surrealistas de la ciudad. En esta exhibición podrán ver varios simbolismos del arte popular mexicano entremezclados con el cubismo de Picasso. Después de Celaya Brothers ¿qué es lo que sigue? Carlito se desvanecerá por el Lejano Oriente asiático durante dos meses para restablecer la energía vital, buscar nuevas visiones y la pintura libre de juicio. Voy a pintar en Asia una nueva serie sobre la caligrafía abstracta, y a colabo- rar con los monjes budistas que invitaré a escribir oraciones en mi lienzo. Seguramente voy a pintar murales en un pueblo pequeño por el que vaya pasando. También estoy terminando un libro sobre los últimos 10 años de mi vida, de mi visión como artista, que se llamará Un bohemio en el exilio. ¿Me puedes platicar sobre el taller que diste en Celaya Brothers? Trato de compartir siempre mi conocimiento y mi pasión con estudiantes de arte y los más jóvenes; el transmitir la pasión por lo que se hace es lo más importante. Me siento muy agradecido si puedo inspirar a las personas a vivir su propia vida con sus propios términos y así reconstruir el mundo por medio de la magia del arte. Les platiqué acerca de la destrucción de los límites de entre todos los medios, desde la pintura a la escritura a la escultura o el cine. Carlito Dalceggio también comenta a MILENIO que “se necesita perder el control para hacer grandes obras de arte, para tener una vida excitante y extrema. Para poder pintar un combate se tiene que arriesgar todo lo que se es y viajar a lo desconocido, a los bordes de los mundos con la luminosidad de la pasión y la devoción. El arte es una transferencia entre el universo y nunca será un producto”.
La exposición I do not scream for an audience, I shout at the Holy se mantendrá abierta hasta el próximo 2 de abril en Celaya Brothers Gallery, Mérida 241, colonia Roma. m
Apartir de una idea de Daniel Cosío Villegas, fue creada la Casa de España en México; fue en abril de 1939 cuando Alfonso Reyes se hizo cargo de la dirección de la institución. Así inicia Losempeñosdeunacasa. Actoresyredesenlosiniciosde ElColegiodeMéxico,1940-1950 (El Colegio de México, 2015), libro coordinado por Aurelia Valero Pie y que reúne 24 ensayos acerca de la trayectoria de artistas e intelectuales que nutrieron a esta institución en sus inicios.
El presidente Lázaro Cárdenas había apoyado a la República española hasta su definitiva derrota en 1939. Entonces la institución acogió a multitud de intelectuales españoles que huyeron del franquismo en un momento en que se recibían un alud de solicitudes de asilo de “un apremio devastador”.
Pero “con dolor y pena Reyes y Cosío Villegas acordaron con el presidente Cárdenas que, en vista de las graves limitaciones presupuestales, se dejaran de hacer nuevas incorporaciones a La Casa”, que en ese momento contaba con 40 miembros.
En 1940 La Casa de España en México se transformó en El Colegio de México, con la vocación de no ser solo un refugio para intelectuales españoles sino también un centro para investigadores mexicanos y extranjeros.
Una figura clave fue Cosío Villegas, comprometido con el presidente Cárdenas a intentar un cambio social que tuviera su reflejo en la política educativa del país, y con un plan para “hacer de la tragedia española una ganancia mexicana” a nivel cultural.
Entre los académicos amparados por la institución estuvieron el historiador Ramón Iglesia —quien dijo: “Me han enseñado mucha más historia los tres años combatiendo en España que todo lo que había leído en los libros”—; José María Miquel y Vergés, que dedicó su vida a la lengua y la literatura catalanas, y José Medina Echavarría, sociólogo que ayudó a la institucionalización de esa disciplina en el país.
Otro refugiado fue Joaquín Xirau, que contribuyó a la reforma pedagógica de la Segunda República en España. A pesar de la brevedad de la estancia en México de Juan David García Bacca, su paso tuvo el potencial de transformar el sentido y la orientación de la práctica fi losófica.
También estuvieron en la institución autores como los mexicanos Leopoldo Zea, quien iniciaba el análisis de lo mexicano, y Juan Hernández Luna, cuyo empeño fue la “transformación de la educación hacia los principios emanados de la Revolución mexicana”.
Otros intelectuales evocados en el libro son el escritor Adolfo Salazar, el poeta y pintor José Moreno Villa y el científico Antonio Madinaveitia. m