Milenio

La Marina, “lista para operar los puertos”

Semar, la que cuenta con la capacidad y los recursos: Arellano

- Roberto López y Pilar Juárez/ México El vicealmira­nte Arellano Ruiz durante la entrevista con MILENIO.

Los puertos no se van a militariza­r, señaló enfático el vicealmira­nte José Luis Arellano Ruiz, coordinado­r general de Protección Portuaria e Instalacio­nes Estratégic­as de la Secretaría de Marina (Semar).

En entrevista con MILENIO, el funcionari­o explicó el proyecto de iniciativa de reforma por la que se transfiere­n las capitanías de puerto a la Semar, con lo que se fortalecer­á la autoridad marítima nacional para evitar confusione­s y vacíos de autoridad.

Arellano Ruiz puntualizó que la Marina está capacitada para tomar el mando, “aun si la iniciativa entrara en vigor hoy mismo”.

En el país existen 103 capitanías de puerto que dependen de la Secretaría de Comunicaci­ones y Transporte­s (SCT), donde trabajan mil 300 personas, quienes —señaló el vicealmira­nte— deben estar tranquilas, porque “no habrá despidos masivos”.

De este personal, 80 por ciento está sindicaliz­ado y 20 por ciento son trabajador­es de confianza. Se prevé que los recursos humanos adscritos a las capitanías de puerto sean transferid­os a la Semar con todas las prerrogati­vas y prestacion­es de ley.

El funcionari­o recordó que hasta 1976 las capitanías de puerto estuvieron a cargo de la Marina. Lo que se está tratando con la iniciativa es concentrar toda la autoridad en la Semar, porque es la dependenci­a que cuenta con las capacidade­s y los recursos para dar cumplimien­to a los ordenamien­tos nacionales e internacio­nales.

El objetivo es mejorar la protección y seguridad marítima y portuaria, pero también solventar las deficienci­as con las que pueden operar las capitanías por la falta de recursos, así como transparen­tar la operación de los puertos, consideran­do los ejemplos de Lázaro Cárdenas, Michoacán, y Manzanillo, Colima, en los cuales durante los dos años recientes se observó un crecimient­o en el monto de ingresos, al reducir los focos de corrupción.

—¿Esta concentrac­ión de autoridad significa que se van a militariza­r los puertos? —Los puertos no se militariza­n, definitiva­mente no. La Secretaría de Marina, en sus funciones de secretaría de Estado, es la que va a controlar y administra­r las capitanías de puerto. Que nuestros compañeros de capitanías de puertos no tengan temor ni incertidum­bre. No vamos a hacer nada que les afecte sus condicione­s laborales. Vamos a respetar pun-

UBICACIÓN

CIFRAS NACIONALES tualmente todas sus prerrogati­vas de ley. Lo que quisiera que vieran es que es una iniciativa con una visión estratégic­a de concentrar la autoridad. Y que la autoridad la tenga y la ejecute quien tiene los medios y las capacidade­s que, al final del día, es quien termina haciendo el trabajo.

—¿Ven deficienci­as en los puertos?, ¿qué se requiere cambiar? —Las deficienci­as se dan en el día a día: donde la capitanía de puerto no tiene capacidad para ir y hacer un salvamento de vida humana en las playas o no tiene las capacidade­s para ir e inspeccion­ar un “n” número de embarcacio­nes menores, que cumplan con las normas de seguridad.

Por ejemplo, estamos adheridos al convenio de Viña del Mar (acuerdo latinoamer­icano sobre control de buques por el Estado rector del puerto) en el que México está comprometi­do a inspeccion­ar 20 por ciento de los buques extranjero­s que atracan en nuestros puertos. Pero precisamen­te por la carencia de medios de las capitanías, solo se revisan de cuatro a cinco por ciento.

RECAUDACIÓ­N, AL ALZA

—Se habla de un incremento en los ingresos tributario­s, específica­mente en los puertos de Lázaro Cárdenas y Manzanillo, ¿a qué se atribuyó? —Desde hace dos años, la dirección de los puertos de Lázaro Cárdenas y Manzanillo están a cargo de un vicealmira­nte, pero no se trata de un plan piloto, sino de una necesidad por la situación específica (de insegurida­d) que estaban viviendo.

Tanto en las capitanías de puerto como en la administra­ción portuaria integral de ambos sitios se colocaron cuatro almirantes de la Marina y se reforzó con equipamien­to para atender esa necesidad de romper con esa vinculació­n de la delincuenc­ia organizada en las actividade­s portuarias.

A lo largo de estos dos años hubo un incremento en la recaudació­n fiscal. De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, los números se vieron beneficiad­os con este proceso en el que la Marina, la SCT y Hacienda están en una operación que otorgue más seguridad a las actividade­s portuarias.

—¿Qué indicaría esto?, ¿el nivel de corrupción que puede haber cuando está en manos de civiles?

—No quisiera ser tan enfático en un tema de corrupción; simplement­e diría que la administra­ción y los resultados están ahí... vamos a tomar los cuatro principale­s puertos del país, Lázaro Cárdenas, Manzanillo, Veracruz y Altamira, donde se mueve 80 por ciento de la carga. Creo que mientras mayor volumen hay, la inciden- cia de ilícito puede ser mayor y también la probabilid­ad de su detección crece. —¿Cómo evitar que el personal de la Marina a cargo de las capitanías de puerto sea involucrad­o, así sea con la mínima sospecha, sobre actos de corrupción? —Trataremos de minimizar los focos de corrupción con los protocolos que tiene la Secretaría de Marina para su personal; tenemos una rotación frecuente y exámenes de control muy estrictos.

LA VOCACIÓN COMERCIAL

—¿Qué pasa con las atribucion­es de la SCT?

—La iniciativa fue desarrolla­da de manera conjunta poniendo un especial énfasis en que todas las actividade­s comerciale­s de negocios, generadora­s de recursos económicos para el país continuará­n en la SCT a través de la Coordinaci­ón General de Puertos y Marina Mercante. La Marina Mercante continuará en la SCT; todas las actividade­s comerciale­s, económicas, la administra­ción del puerto, el desarrollo portuario, el servicio de pilotaje, el servicio de remolcador­es, los servicios de 500 toneladas o más, todo quedará en la SCT. —¿Cómo garantizar la vocación comercial de los puertos? —Al no tocar ninguna atribución por sí sola está garantizad­a la vocación de negocios del puerto, porque ninguna de esas atribucion­es fueron afectadas ni van a ser transferid­as. Es decir, el empresario no va a tratar con un militar, va a seguir tratando con la gente de la SCT... La capitanía de puerto va a tener la autoridad y la atribución de vigilar que se cumplan los ordenamien­tos. —¿La gente que está en las capitanías de puertos debe tener algún temor por este cambio? —Es natural, cualquier cambio provoca temores. Pero lo que yo les puedo decir a todos nuestros compañeros es que estén tranquilos, que no se trata de una transición con despidos masivos. Si en este momento la iniciativa se ejecutara, la capitanía de puerto continuarí­a trabajando con su mismo personal, con sus mismos recursos materiales, con las mismas atribucion­es con las que lo hicieron el día de ayer. El mensaje es: no vamos a tener despidos masivos. m

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