Rompe con Rousseff su principal aliado
El PMDB termina su alianza con la mandataria, tras las graves acusaciones de corrupción que enfrenta el gobierno y la profunda recesión en el país
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, perdió ayer a su principal aliado, el centrista PMDB, alineado con el vicepresidente Michel Temer, y quedó un poco más cerca de un juicio de destitución en el Congreso.
La directiva del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) decidió por aclamación “la inmediata salida del gobierno con entrega inmediata de cargos”, en una reunión de un centenar de líderes en Brasilia, que duró menos de tres minutos.
“¡Brasil presente, Temer presidente!”, gritaron los dirigentes leales a Temer, que asumiría el poder si Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), es destituida por presunto maquillaje de las cuentas públicas.
Rousseff, que tenía en su gabinete siete ministros del PMDB, perdió el primero el lunes: Henrique Alves, de Turismo, quien argumentó que el tiempo del diálogo “se agotó”.
Todavía quedan en manos de dirigentes del PMDB las carteras de Minas y Energía, Salud, Agricultura, Puertos, Aviación Civil y Ciencia y Tecnología, cuyos titulares aún no aclararon si dejarán el gobierno.
La partida del PMDB representa un nuevo golpe para la impopular mandataria de izquierda, que se vio forzada a aplazar un viaje a Washington, donde mañana y el viernes debía participar en una cumbre de seguridad nuclear.
La oposición se dijo dispuesta a dar un apoyo “político” a un eventual gobierno de transición al mando de Temer, un abogado constitucionalista de 75 años.
“El gobierno de Dilma terminó. La salida del PMDB cierra la tapa del ataúd de un gobierno moribundo”, afirmó el líder de la oposición, el socialdemócrata Aécio Neves, derrotado en las elecciones de 2014 por Rousseff por estrecho margen.
El PMDB tiene la mayor bancada en el Congreso, con 69 diputados y 18 senadores, clave para Rousseff para frenar el proceso de destitución.
Tanto Rousseff como su predecesor, Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), denuncian el impeachment como una tentativa de “golpe de estado” institucional, sin bases jurídicas.
La principal economía latinoamericana enfrenta una severa crisis, que se alimenta de los escándalos de corrupción de la estatal Petrobras y de una recesión de dimensión histórica, a poco más de cuatro meses de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro (del 5 al 20 de agosto).
El impeachment podría concluir a mediados de abril si la Cámara lo aprueba por una mayoría de dos tEl ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, acusado por la fiscalía de Sao Paulo de lavado de dinero y falsificación, atribuyó todas las denuncias en su contra a un “complot” montado por agentes del Estado y medios de comunicación para perjudicarlo como líder político.
Lula da Silva aseguró, en un comunicado, que a pesar de las denuncias y noticias que lo acusan de diferentes irregularidades y que lo vinculan al escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, hasta ahora ningún juez ha abierto un proceso en su contra ni es reo en ninguna causa.
“A pesar de todo, no hay ningún proceso judicial abierto contra Lula, ninguna denuncia de la fiscalía, ningún procedimiento del Fisco por posibles crímenes tributarios o fiscales”, según la nota que el Instituto Lula divulgó en portugués, español e inglés.
El comunicado fue difundido en momentos en que el ex jefe de Estado espera que el Tribunal Superior se pronuncie sobre la validez de una cautelar que suspendió su nombramiento como ministro de la presidencia de su sucesora y ahijada política, Dilma Rousseff. tercios (342 de los 513 diputados) y luego el Senado, por más de la mitad de sus 82 escaños.
En ese caso, Rousseff sería apartada de su cargo por un período máximo de 180 días, hasta que la Cámara alta dé su veredicto final, esta vez por una mayoría de dos tercios.
Ante la ruptura con el PMDB, Rousseff iniciará negociaciones para una reforma de su gabinete. “Vamos a conversar con otros partidos de la base” oficialista, dijo a periodistas el jefe de Gabinete de Rousseff, Jaques Wagner, quien no quiso valorar la decisión del PMDB.
En una conferencia de prensa celebrada en la sede del poder Legislativo en Brasilia, Wagner reiteró que “la destitución por un impeachment que no está motivado por un crimen de responsabilidad” es un golpe de Estado. m