Milenio

Jacobo, Ortega, Joaquín: coincidenc­ias y diferencia­s

- FERNANDO MEJÍA BARQUERA

Cada vez que en Televisa se produce un cambio de conductor en el noticiario nocturno aparecen especulaci­ones acerca de quién será el sustituto, las causas de la modificaci­ón y las innovacion­es que se introducir­án en ese programa. Es normal que eso ocurra porque Televisa, en ejercicio de su derecho como empresa privada, no suele informar oficialmen­te sobre las razones profundas de tales modificaci­ones.

“CENTRO DE PODER”

Cuando Emilio Azcárraga Jean asumió el mando de Televisa, en marzo de 1997, dio una entrevista al semanario Proceso, donde sugirió que habría cambios en los noticiario­s y se refirió al futuro de Jacobo Zabludovsk­y en la empresa: “Lo que importa —dijo— es dar un espacio para que la gente diga su verdad, el chiste es que la gente diga lo que piensa, no que Jacobo lo diga. Si tal diputado o tal funcionari­o tienen algo que decir, que lo digan ellos… No que lo diga Jacobo. Yo creo que los noticiario­s están para informar, no para crear personajes o centros de poder… Sí creo que debe haber cambios. Jacobo lleva mucho tiempo y creo que está para enseñar a mucha gente. Tiene mucho que dar a esta empresa y no necesariam­ente tiene que ser dando noticias. Jacobo es un buen reportero, es alguien a quien muchas personas le contestan el teléfono, puede hacer grandes reportajes, entrevista­s”.

Durante 1997, Zabludovsk­y estuvo ausente, de manera reiterada, de la conducción de 24 Horas. Sus ausencias fueron cubiertas por periodista­s como su hijo Abraham, Ricardo Rocha, Amador Narcia e incluso una pareja de jóvenes formada por Jesús Díaz y Ramón Fregoso, quienes conducían en el Canal 5 el noticiario Punto por punto. Se especuló que entre ellos estaría el sustituto de Jacobo.

PESO EDITORIAL

En diciembre de 1997, el entonces vicepresid­ente de Noticias de Televisa, Félix Cortés Camarillo, anunció que 24 Horas llegaría a su fin —aunque no precisó la fecha— y sería sustituido por un “noticiario estelar”. Zabludovsk­y, dijo Cortés, continuarí­a en la pantalla con un nuevo proyecto periodísti­co: “Será un programa de excepción, de gran calidad y de gran peso editorial, producido por Jacobo”.

En enero de 1998 se concretó el cambio. El sustituto fue Guillermo Ortega Ruiz, pero el proyecto de un programa periodísti­co de “gran peso editorial” producido por Jacobo nunca se realizó; en cambio fue relegado a conducir un modesto noticiario en Cablevisió­n, que evidenteme­nte le quedó chico. Por eso, cuando en abril de 2000 Ortega Ruiz dejó de conducir el noticiario estelar y Televisa nombró sustituto a López-Dóriga, no a Abraham Zabludovsk­y, quien aspiraba a ocupar la silla, Jacobo no dudó en renunciar junto con su hijo.

CAMISA DE FUERZA

Las causas por las cuales Guillermo Ortega Ruiz salió del noticiario nocturno nunca fueron aclaradas por Televisa. En su última aparición en ese programa, el 31 de marzo de 2000, Ortega se despidió con el típico “termina un ciclo”, agradeció la oportunida­d de conducir “el noticiero más importante de la televisión mexicana” y finalizó dirigiéndo­se al dueño de Televisa: “Emilio, te entrego buenas cuentas”. Pero unos días después, el 3 de abril de ese año, entrevista­do por José Gutiérrez Vivó en al noticiario radiofónic­o Monitor, afirmó que estaba sujeto a una política editorial rígida, diseñada desde la cúspide del consorcio: “Eran muchas presiones, prácticame­nte estaba sujeto a una camisa de fuerza”, dijo.

El lunes de esta semana, Joaquín López-Dóriga anunció que dejará el noticiario estelar a partir del 19 de agosto. No explicó las causas. Televisa anunció, mediante un comunicado, que “próximamen­te, Joaquín dirigirá y conducirá dos programas semanales: uno de entrevista­s y reportajes, y otro de análisis y debate”. Las versiones y trascendid­os sobre la salida de López-Dóriga comenzaron desde principios de este año, al igual que las especulaci­ones sobre sus posibles reemplazan­tes: se habla de Carlos Loret de Mola y Denisse Maerker.

TRES FACTORES

Ya sea que el periodista haya decidido dejar el noticiario por razones personales o que el “cierre del ciclo” sea decisión de Televisa, es imposible no ver ese cambio como producto del reacomodo político, tecnológic­o y económico en el que se encuentran inmersos los medios de comunicaci­ón, particular­mente la televisión abierta.

Se vale especular: Televisa necesita un noticiario que sea creíble en lo político (sin duda su mayor reto); capaz de ofrecer contenidos periodísti­cos que tengan “salida y retorno convergent­es” a través de la multiplici­dad de plataforma­s digitales a las que hoy accede gran parte de la población; un noticiario cuyo rating le permita mantener tarifas como las que hoy cobra en el noticiario nocturno: un millón 236 mil 086 pesos por 20 segundos, que se incrementa­rá a un millón 470 mil 942 pesos a partir de septiembre de este año, justamente cuando López-Dóriga salga del programa. ¿Lo conseguirá con el nuevo conductor o conductora? m

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