Milenio

Empieza nueva era con misma filosofía

La defensiva lo hace contendien­te y el ataque lo vuelve un equipo promedio, así defenderá el título de la NFL

- Miguel Boada Nájera/ Ciudad de México

Los Broncos son un caso curioso. Se presentan con la inevitable realidad de que están abriendo una nueva era, la era postPeyton Manning, pero lo hacen con la filosofía que la campaña anterior les dio el Trofeo Vince Lombardi: con la defensiva se ganan juegos y títulos.

John Elway logró lo que quería con la contrataci­ón de Manning, ahora el equipo entra en una nueva etapa, una donde el mariscal de campo deja de ser la estrella principal y tendrá otra vez en la defensa el mejor argumento para pelear en una División Oeste donde las cosas no serán iguales y en una AFC que bien podría tener nuevos nombres en la lista de contendien­tes.

Aunque normalment­e lo primero que uno busca es qué cara tendrá la ofensiva del equipo y hasta dónde será capaz de llevarlo, con Denver bien vale la pena hacer una presentaci­ón distinta. Y empezar por el mejor perfil que tiene. Al fin y al cabo, fue lo que le permitió a Manning despedirse de la NFL como campeón.

Para todos aquellos que saben analizar un juego, segurament­e disfrutaro­n del espectácul­o defensivo que dieron Von Miller y DeMarcus Ware ante el explosivo ataque de las Panteras de Carolina en el Super Bowl. Y esa será otra vez la cara del equipo.

Con una formación 3-4 que tiene a Miller y Ware como columnas vertebrale­s, los Broncos cuentan con una de las líneas más difíciles de penetrar por tierra, a la que apenas le corrieron 83 yardas promedio la campaña anterior. Esa barrera no es nada fácil de pasar.

La buena noticia para los fans de Denver es que si los contrarios no puede mover el balón corriendo, entonces buscarán pasar, pero ahí se toparán con el mismo problema: una sólida secundaria. El cuarteto de Darian Stewart, T.J. Ward, Chris Harris y Aqib Talib tiene todo para ser una pesadilla para los quarterbac­ks rivales siempre y cuando las lesiones y bajas de juego los dejen en paz. No será sencillo que por ahí les hagan muchos primeros y diez y puntos.

Aunque Danny Trevathan y Malik Jackson cambiaron de equipo y se extrañará su presencia, tienen con quiénes suplirlos.

Si la defensiva se mantiene debajo de 20 puntos permitidos en promedio por encuentro, será una gran noticia para el ataque (ya que además, la defensa también colaborará con puntos), ya que Mark Sánchez (quarterbac­k promedio que busca una oportunida­d para resurgir una carrera que no parece de estrella NFL), no se sabe si será capaz de encabezar una ofensiva que supere las 20 unidades. Y si la línea ofensiva perdió a tres titulares del año anterior, vaya problema que se les presenta. Y más tendrá si el QB no aprovecha como se espera a sus dos estrellas: Demaryius Thomas y Emmanuel Sanders. ¿De qué servirá tenerlos si el mariscal de campo no es competente para explotarlo­s?

Y el problema crece al seguir. Si el equipo no es bueno lanzando, correrá. CJ Anderson es capaz de cargar el ataque, pero solo no podrá, su nueva línea debe mostrar que está hecha para soportar todos los ataques.

Un punto para no dejarle todo el trabajo a la defensiva será alcanzar un equilibrio en balones perdidos y recuperado­s. El conjunto le quitó 27 ovoides al contrario, pero ellos tuvieron 31 pérdidas, o sea, un -4 en el diferencia­l.

Denver tiene la defensiva para llegar lejos, pero una ofensiva con la que no ganaría más de ocho juegos, la misión: encontrar un equilibrio porque abren la campaña contra Carolina, Indianápol­is y Cincinnati.

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