Milenio

La doble moral y los niños sin escuela

- RICARDO ALEMÁN

Las dos imágenes, cada una en su momento, ocuparon primeras planas, titulares de noticieros y dejaron ver a ciudadanos compungido­s por el drama que retratan. La primera es de un niño rescatado —milagrosam­ente con vida— de los escombros de un bombardeo en Alepo, Siria, en medio de la crueldad de la guerra.

La segunda retrata el cuerpo de un pequeño bautizado como Aylan, arrojado por el mar a las playas mediterrán­eas de Bodrum, y cuya familia intentó llegar a Turquía, también huyendo de los horrores de la guerra.

Sensible a las tragedias humanitari­as, la sociedad mexicana se estremeció con dos imágenes que, sin duda, retratan la peor cara de la miseria humana; la guerra desatada por la intoleranc­ia radical.

Sin embargo, esa sensibilid­ad parece emparentad­a con la doble moral de una sociedad que “ni ve ni oye” tragedias cotidianas que lastiman y lesionan a millones de niños mexicanos de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán.

Y acaso por reiterada —porque la vemos todos los días—, a nadie importa la imagen de miles o millones de niños mexicanos obligados a la vendimia callejera, al oficio de pedigüeños, a deambular en basureros para rescatar comida y que —por si fuera poco— son presa fácil de la prostituci­ón y el consumo de drogas.

Esos niños de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán son la cara de la miseria humana mexicana; la guerra que desató la CNTE desde hace tres décadas contra los niños más pobres —de entre los pobres—, a los que la mafiosa CNTE deja sin escuela, niños condenados a la miseria extrema y la ignorancia de por vida, por líderes que se han enriquecid­o con lo que roban y cuyos hijos estudian en escuelas privadas o en el extranjero.

¿Dónde está la indignació­n social —esa que horroriza a miles de mexicanos, por la tragedia del niño rescatado con vida de las ruinas de Alepo y el enojo colectivo desatado por la vida perdida de Aylan— frente a la tragedia de los niños mexicanos a los que la CNTE deja sin escuela y condena a la miseria y la ignorancia?

Doble moral ciudadana e institucio­nal que — indiferent­e— mañana lunes se enterará de que la CNTE dejó sin escuela —ya por 34 años consecutiv­os— a millones de niños que a nadie importan.

Niños mexicanos ignorados porque no aparecen con vida en un bombardeo o porque sus cuerpos no son arrojados por el mar a una playa.

Y tampoco importan a la CNDH —que solo defiende criminales—, y menos a los vividores de los derechos humanos, porque los niños a los que la CNTE condena a la miseria y la ignorancia no dan renta política. Doble moral social e institucio­nal que avergüenza. Al tiempo. m

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Niños que no importan si no padecen bombardeos.
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