Otra vez a cazar pokémones
Será una casualidad que justo cuando el ex virrey de Michoacán dejó Río ante los bajos logros y los reclamos que se le han venido haciendo —aunque esté acostumbrado desde los tiempos de la niña Paulette y su arrasador paso por el tema de las autodefensas, no se vale que me lo presionen tanto en pleno romance a ritmo de bossa-nova— milagrosamente comenzaron a caer las medallas para el equipo olímpico mexicano?
Pero lo dudo, como diría el músico profeta José José, pues ya el titular de esa agencia de viajes mágicos y misteriosos que es la Conade, después de tanto ajetreo estaba más salado que Messi a la hora de tirar penales, había dejado en claro que la única manera de salvar la situación era a través de un exorcismo o de alguna clase de rito alucinante en lo más espeso y extraviado del Amazonas.
Claro que tampoco se puede descartar que con la ausencia de don Alfred (todo indica que su motivación para regresar fue la de poner en su nutrida egoteca una ley que llevará su nombre: la ley Anti-Castillo, para que nadie que no sepa realmente de deportes ocupe el puesto que seguramente tendrá que abandonar) los atletas mexicanos dejaron de sentir la presión de su mirada ávida de medallas.
Es una tristeza que ninguno de los deportistas de alto rendimiento a los que ninguneó y obligó a botear como a Misael Rodríguez, a los que no les ofreció el apoyo como a Lupita González, no se diga a quienes tuvo con el tratamiento agua fría, agua caliente, como al equipo de tiro con arco, le haya rendido un homenaje a Castillo por haberles enseñado a pescar en vez de darles todo peladito y a la boca.
Seguramente el más alegre con la gestión de Alfredito debe ser el licenciado Peña, que en la ceremonia de abanderamiento les dijo a nuestros atletas que “proyectarán el cambio que se vive en México”, cosa que sin duda se ha logrado con creces gracias al trabajo fecundo y creador de la Conade, sin olvidar el COM y, por supuesto, a todas las federaciones que han trabajado con el mejor estilo de la CTM.
Después del paso por Río, la comunidad internacional tiene claro los avances que catapultan a México al infinito y más allá.
Así las cosas, cuando premien a Alfredo Castillo con la titularidad de la Comisión Nacional de Seguridad como debe de ser, seguramente confirmará lo que ya han dejado en claro Renato Sales y Enrique Galindo, que los elementos de la Policía Federal al entrar en Tanhuato y Nochixtlán lo que estaban cazando eran pokémones. m