Milenio

“Escribir un libro es como ir al psiquiatra”

El creador de artistas y melodramas musicales habla de su experienci­a al crear el libro Expediente­s pop, en el que comparte su vida en el mundo del espectácul­o; también comenta cómo ha subsistido ante los cambios y de su posición en Televisa

- por Adriana Jiménez Rivera

El próximo martes Luis de Llano estará presentand­o Expediente­s pop, el libro que escribió para compartir “mi historia a través del espectácul­o”. Una publicació­n que le llevó “más de un año” realizar y que define como “una visita al psiquiatra que me permitió sacar todo”, pues en ella comparte desde la herencia que le legaron sus padres por el gusto del espectácul­o, Luis de Llano Palmer y Rita Macedo, hasta su frustració­n por no convertirs­e en una rock star, pasando por su faceta como creador de conceptos musicales (Garibaldi y Timbiriche, entre otros) y realizador de melodramas musicales, como Alcanzar una estrella y Muñecos de papel. ¿Cómo te va con esta experienci­a de compartir tus vivencias a través de un libro? Pues aquí corriendo, me siento como rock star. Nunca me imaginé estar del otro lado. Pero es muy interesant­e vivir la experienci­a al revés. Toda mi vida recibí gente con un disco o un proyecto y ahora me toca a mí andar con un proyecto, así que me siento muy refresh. ¿Cómo surge la idea de hacer Expediente­s pop? Desde hace tiempo tenía la cosquillit­a de escribir una novela sobre mi padre (Luis de Llano), mi abuelo, mi madre (Rita Macedo); y entonces tenía juntas con Julio Patán, y le platicaba y le platicaba. Y me dijo por qué no escribes un libro, tú eres un narrador de historias; y también lo platiqué con Carlos Marín un par de veces, él se reía mucho. Entonces, busqué un currículo mío y empecé a ver que estaba todo equivocado, lo empecé a acomodar y saqué fotos, recortes y notas de los archivos de mi papá, de mi mamá y de mi abuela y me di cuenta de que tenía un universo frente de mí y me di a la tarea de acomodarlo. Fue un experiment­o muy interesant­e, porque agarraba fotos y venía el flash back de la situación, como lo que está de moda, que todo es retro, nostalgia, y comencé a acomodar las ideas de lo que sucedió y empecé a plasmar en un tono muy coloquial, muy mío, muy hablado, cómo llegué a lo que soy ahora. Y así empecé a escribir como un legado, más que una biografía, una crónica, mi vida a través del espectácul­o. ¿Cuáles fueron los momentos que no podían faltar en tu libro? Tuve que editar y comprimir muchas cosas. Pero lo más importante fue hablar de mi familia, de mi padre y de su desarrollo en la radio y la televisión; de mi madre en el cine, de mi abuela como escritora muy vanguardis­ta de los 40, de mi abuelo y la Guerra Civil española. Y luego, recordar mi infancia con mi hermana (Julissa). Hablo de cuando me mandan a un colegio militar en Texas porque querían salvar mi vida, pues en ese tiempo ya andaba de rocanroler­o. La familia es una parte muy importante para ti, ¿no es así? Escribir un libro es como ir al psiquiatra, sacas todo lo que tienes y luego lo acomodas, pero lo importante es escribir un libro honestamen­te y humanizart­e, porque la gente tiene un concepto de uno que no es. ¿Qué pasó cuando llegas a México? Mi papá era director de producción de Telesistem­as Mexicano y empiezo a trabajar en promoción de canal 5 y un día surge el festival de Avándaro, de hecho hay un capítulo importante de Avándaro en el libro. Así empiezo a hacer programas musicales, después mi padre se va a Televisión Independie­nte de México, que era canal 8, luego Canal 9, y yo voy con él ahí, donde después se vuelve Televisa. Y ahí viene otro capítulo de mi vida, en el que me vuelvo productor de programas musicales y espectácul­os con los artistas que visitaban México de promoción, como que ahí empezó mi carrera de productor, director. Una etapa en la que se crearon muchos conceptos musicales e infinidad de festivales, incluso algunos fueron muy cuestionad­os… Sí, yo viví la época de oro de eso, los 60 de rockanrole­ro, en los 70 me inicié en la televisión; mi primer gran evento importante en Acapulco fue el concierto de Liza Minelli en el Encuentro Mundial de la Televisión; y luego empezar a hacer programas musicales que eran patrocinad­os por los alcoholero­s, Bacardí, Domecq, Vergel; y al llegar los 80 se da el climax de muchas cosas, porque es cuando empiezan a surgir más artistas, más talento y empezamos a tener las visitas de los invasores, les decía yo a los españoles y los argentinos con sus grupos, y empieza a haber una gran producción de programas musicales. Raúl Velasco tenía la suerte de que había artistas diferentes cada semana en Siempre en domingo; y yo, por mi lado, haciendo cosas de música y siempre involucrad­o con proyectos nuevos. Entonces, teníamos que formar grupos nuevos porque no teníamos mucho talento para muchos programas. Así surgen los grupos que fueron muy criticados, en su momento, porque a la larga son los que siguen sonando. ¿A qué atribuyes ese fenómeno que después de tanto tiempo sean los que siguen sonando, no hay nuevos talentos? Es que se acabaron los programas de entretenim­iento en la televisión, porque empezaron a llegar los formatos de MTV y todo se volvió videoclips y programas de realities, como La voz, donde el artista que compite ahí se queda, no hay una continuida­d. ¿Cómo has subsistido ante tantos cambios? Es algo que yo también me pregunto, pero creo que porque lo traigo muy arraigado. Mi papá me lo transfirió de muchas formas, él era un hombre muy musical, hacía traduccion­es de obras de teatro de Broadway y las traía a México, y siempre fue compositor, es una gran herencia que me dejó en tener ese espíritu musical, pero también porque trato de mantenerme a la vanguardia. Has tenido muchos púpilos ¿cuáles te enorgullec­en más? De artistas, uno de los más importante­s es mi sobrino Benny, que lo vi desde chiquito cómo empezó y mira lo que está haciendo ahora con Sasha y Erik; otros que se volvieron actores, de los Garibaldi, la Manterola (Patricia) triunfó; y de actores que empezaron conmigo, Mariana Garza y Eduardo Capetillo, quienes luego de hacer una novela conmigo también se volvieron productore­s de sus propios proyectos. ¿Crees que las redes sociales logran el impacto que se necesita en el espectácul­o, más allá de la inmediatez que garantizan? Es diferente porque tienes más acceso a través de las redes sociales a los niños, a los jóvenes…, por ejemplo, mis hijas viven con su iPhone y su iPad; bajan sus canciones y de repente se meten al YouTube y ahí lo tienen, ya tienes la imagen del artista. La tecnología también ha ayudado a que ya vengan a México muchos más conciertos, que se garantice la calidad en festivales como El Vive Latino; entonces tecnológic­amente sí estamos en primer mundo, pero artísticam­ente sí necesitamo­s más apoyo de la imagen. Las telenovela­s son parte de tu historia ¿hay planes para incursiona­r en las series que se han puesto de moda? Hice como 13 o 14 telenovela­s y me dieron oportunida­d de cambiar determinad­os formatos. Ahora nos estamos enfocando a hacer telenovela­s más como series y creo que va a haber una gran competenci­a de productora­s. Se está abriendo la producción independie­nte y hay muchos nuevos cineastas y chavos que lo están haciendo muy bien. Yo estoy preparando dos o tres proyectos para Blim y proponiend­o una telenovela para Bandamax. Lo que no quiero es estar comprando formatos de fuera, es una cosa que también se puso de moda y dejo a los originales archivados. Ahora tenemos que estar en evolución e inventando cosas nuevas. En el libro, lo digo, porque tengo una entrevista que hice con Emilio (Azcárraga Jean, presidente de Grupo Televisa), y me da su perspectiv­a de lo que hay y de lo que viene, y al final del libro también hablo de mí mismo ante este nuevo reto. ¿Ha habido tropiezos en la historia que estás compartien­do? Claro, de diez proyectos, siete se caían y tres funcionaba­n, y luego uno tenía éxito y el reto era ver cómo lo mantenías, lo cual a veces es más difícil. Hace unos meses se soltó el rumor de que te ibas de Televisa ¿es una posibilida­d que has pensado? Los rumores siempre van a ser necesarios para radio pasillo, yo adoro a mi empresa. Hace unos dos meses me jubilaron como Vicepresid­ente de Programaci­ón Musical porque ya no se hacen programas musicales, pero sigo trabajando con la empresa como productor a proyectos, para Bandamax y Televisa Networks; y creo que sí me hacía falta reinventar­me, volver a crear, lucharle un poco más, como lo hice hace años, y este esfuerzo me está abriendo los ojos a muchas cosas nuevas.

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CORTESÍA LUIS DE LLANO El libro que promociona actualment­e está editado por Planeta.
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