Froylán M. López Narváez, Álvaro Cueva, Jairo Calixto Albarrán
La actitud de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se exacerba día con día, y sin posibilidades de que haya una solución fundamental y definitiva en torno a la reforma educativa. Y ahora se van a extremos insufribles.
La petición de fondo no se satisfará, según ha reiterado la Secretaría de Educación Pública cuantas veces se aborda el pleito. Ahora llegan al colmo de que no regresarán a clases para el inicio del ciclo escolar inmediato. Se arrojan a más, pues proseguirán con sus bloqueos y protestas, que no se agotan en el estado oaxaqueño.
Su eficacia y seguidores se han focalizado en Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Chiapas. Y por más que en las secretarías de Educación y Gobernación se ha obsequiado a los disidentes (pago a faltistas y liberación de presos), el caso es que, sobre todo, la beligerante sección 22 radicaliza y convoca a una marcha en la capital oaxaqueña, y mantienen los bloqueos carreteros con muchas damnificaciones, no solamente por los paros escolares, sino las pérdidas por bloqueos que auspician saqueos y violencias.
Profesores michoacanos, oaxaqueños y guerrerenses declaran que se suman a la decisión de no iniciar clases, y también realizar marchas y bloqueos en sus estados. La petición clave no podrá ser obsequiada por decisión federal, y porque su cambio habría de ser complejo con la participación de legisladores federales.
La intransigencia se expresa también, lo mismo que las protestas, en Tuxtla Gutiérrez. En Guerrero hay identidad con la oposición en al menos cinco de las ocho regiones educativas. Como sea, el subsecretario de Educación Básica, Javier Treviño, aseguró que todo está abierto para que se llegue a acuerdos.
Por lo tanto, hay confrontaciones para un rato largo. La petición de lo que los disidentes llaman una mal reforma educativa no tiene viabilidad. Ciudadanos interesados en el asunto, que no tienen representación formal alguna, han declarado que la reforma tiene zonas opacas.
Los funcionarios de la SEP han sostenido que se busca cambiar el perfil de egresados. La creencia común es que, en efecto, la contienda tiene otros sentidos, de lucro político y, desde luego, de ganancias económicas.
Ha habido buenas ideas en torno a la calidad y sentido de lo que se propone a maestros y alumnos. Es buena idea poner atención lo mismo a los climas, condiciones materiales y circunstancias regionales. Por lo demás, el trasfondo va más allá de los pleitos y disputas sindicales. m