Se apagó el sonido distintivo del jazz: murió Van Gelder
Definió las características acústicas del género en sellos discográficos emblemáticos como Impulse!, Verve, Prestige, Savoy y Blue Note
El mundo del jazz está de luto: el miércoles pasado murió Rudy van Gelder en su hogar de Englewood Cliffs, Nueva Jersey, a los 91 años. Ingeniero de audio, Van Gelder definió el sonido del jazz en disco a través de grabaciones para sellos como Impulse!, Verve, Prestige, Savoy Records, CTI y, sobre todo, Blue Note.
El universo discográfico del jazz no sería el mismo sin él, o al menos no sonaría igual. El ingeniero, optometrista de carrera, registró con gran calidez discos fundamentales del género, como Saxophone Colossus (Sonny Rollins), Cookin’, Relaxin’, Workin’ y Steammin’ (Miles Davis), Something Else! (Cannoball Adderley), A Love Supreme (John Coltrane), Point of Departure (Andrew Hill), Speak No Evil (Wayne Shorter), Red Clay (Freddie Hubbard) y Lush Life: The Music of Billy Strayhorn (Joe Henderson).
En una entrevista para The New York Times en 1988, Van Gelder declaró: “Creo que, técnicamente, he estado relacionado con más discos que nadie en la historia del negocio del disco”. Técnico al servicio del arte, en una larga entrevista para la página electrónica Jazzwax le explicaba a Marc Myers que su obsesión era “lograr que la electrónica capturara con exactitud el espíritu humano”. Quería que los discos sonaran “lo más cálidos y realistas posible”.
En su estudio, situado de 1947 a 1959 en la casa de sus padres en Hackensack, Nueva Jersey, y de 1959 en adelante en Englewood Cliffs, también Nueva Jersey, se celebraron sesiones fundamentales del jazz de esos años. Cuando fue nombrado Jazz Master por el Fondo Nacional para las Artes de Estados Unidos en 2009, en su discurso dijo que había sido un placer hablar con Ted Gioia, su director entonces, “especialmente cuando me dijo que yo grabé la mitad de su colección de discos”.
Más adelante habló sobre lo que le vino a la cabeza al saber que iba a recibir el reconocimiento. “Pensé en todos los grandes músicos que he grabado a través de los años, en lo afortunado que he sido de que los productores tuvieran la suficiente confianza en mí para traer a todos esos músicos para que yo los grabara. Todo empezó en una sala pequeña en Hackensack, Nueva Jersey. Luego pensé: tendré que conseguirme un traje”.
Myers describe como una experiencia única haber estado en su estudio: “Entrar a ese espacio histórico es como entrar al Partenón o a la Catedral de Notre Dame. De hecho puedes escuchar que estás
“Siempre quise tener el control de toda la cadena del proceso de grabación”
en un lugar especial”. El estudio fue escenario de retazos de historia que conforman un mosaico invaluable, sobre todo para la historia de Blue Note. Después de que se lanzó el disco New Faces, New Sounds, del saxofonista Gil Mellé, empezó la avalancha de grabaciones para ese sello.
En la citada entrevista Van Gelder se confesaba un ingeniero “intensamente organizado, así que era capaz de realizar las sesiones comparativamente más rápido que cualquier otro estudio de Nueva York. Tenía que ser organizado: seguía trabajando como optometrista durante todas mis grabaciones de los años cincuenta. Los resultados de mis sesiones siempre sonaron más distintivas y dimensionales que muchas otras sesiones que se hacían en Nueva York, aunque fueran monoaurales”.
Se encargaba de su propia masterización, le comenta Myers, a lo que Van Gelder responde: “Siempre quise tener el control de toda la cadena del proceso de grabación: desde la grabación inicial a la masterización. ¿Por qué no? El disco tenía mi nombre”.
Rudy van Gelder: por sus grabaciones lo conoceréis, como A Love Supreme, su grabación más sorprendente, según le dijo a Myers: “Fue hipnótica, fue emocionante. Era diferente, pero no tenía esa visión cuando lo grabé. Me di cuenta solo cuando remastericé el disco para su reedición digital en 2002. Tienes que entender que estaba ocupado asegurándome que la obra fuera grabada perfectamente. Hasta que estuve trabajando en la actualización de la cinta maestra original escuché la música con atención”. m
“Los resultados de mis sesiones siempre sonaron más distintivas y dimensionales”