Jennifer Clement
personas desplazadas. Esta campaña defenderá el derecho al santuario, a la celebración de literaturas de escritores desplazados, y combatirá la xenofobia hacia los refugiados, así como la censura o el silencio por el exilio. Tiene que haber cambios radicales en todos los centros. Hay que empezar por ver cuántas mujeres están en PEN y pueden trabajar como periodistas o escritoras en sus países. Pero además del conteo, haremos un manifiesto en el que se deje claro que la violencia contra la mujer es censura.
Hay 14 millones de niñas en el mundo que son obligadas a casarse entre los 9 y los 13 años. En la Ciudad de México hace apenas unas semanas se prohibió el matrimonio adolescente —en los últimos cinco años se casaron más de 10 mil menores de edad—. Esas niñas no van a leer ni van a escribir un libro. Agrégale la violencia, la trata. Hay países donde las niñas ni siquiera pueden ir a la escuela y en otros, como China e India, hay unos pequeños carros que van a las comunidades otorgando el servicio de ultrasonidos y, si la mamá está embarazada de una niña, le ayudan a abortar. Es importante que el PEN se enfoque en todo esto desde el punto de vista de la censura ya que es una organización que defiende la libertad de expresión y ahí hay un gran potencial creativo perdido.