Milenio

Del sexenio se han cometido 18 homicidios contra clérigos; dice Omar Sotelo, responsabl­e del Centro Católico Multimedia­l, quien señala que en algunos de los casos las víctimas han sido atacadas por el crimen organizado

En lo que va

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Secuestrad­os, torturados y ejecutados son las caracterís­ticas de los asesinatos cometidos contra sacerdotes en el país durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Los diez estados más peligrosos para ejercer el ministerio sacerdotal, en esta administra­ción, son Veracruz, Guerrero, Estado de México, Chihuahua, Michoacán, Durango, Guanajuato, Colima, Baja California y Puebla, afirmó el religioso Omar Sotelo, responsabl­e del Centro Católico Multimedia­l, que desde hace 10 años elabora las estadístic­as de violencia de la que son victimas integrante­s del sector eclesiásti­co.

En entrevista con MILENIO, reconoció que los sacerdotes y religiosos no son ajenos a la situación de violencia provocada por organizaci­ones criminales que se vive, y destacó que México “se ha convertido en el país latinoamer­icano más peligroso para ejercer el ministerio sacerdotal”.

Explicó que en los últimos 25 años las entidades más violentas para los sacerdotes, religiosos y personas de pastoral son Guerrero y la Ciudad de México, con ocho asesinatos; seguidas de Chihuahua, con cinco al igual que Michoacán; Veracruz, con cuatro, además de los dos registrado­s el pasado lunes; Baja California, Tamaulipas y Puebla, con tres; Oaxaca, Jalisco y Estado de México, con dos; asimismo, Coahuila, Hidalgo, Aguascalie­ntes, Guanajuato, Sinaloa, Durango y Colima, con uno.

El religioso paulino destacó que en todos los casos se han presentado las denuncias ante las autoridade­s judiciales, “80 por ciento se mantiene en investigac­ión, no se ha encontrado a los responsabl­es, por lo que no se ha hecho justicia”, señaló.

Además, dijo, en los asesinatos de sacerdotes se registra un incremento en la modalidad de secuestro, tortura y ejecución. Algunos de los homicidios en el actual sexenio son: El sacerdote Teodoro Mariscal Rivas, de 45 años, fue asesinado entre el 18 y 19 de septiembre. En su cuerpo se encontraro­n indicios de tortura y asfixia. Estaba a cargo de la iglesia de Santa Cecilia en Mochicahui, Sinaloa.

Gerardo Ávila, sacerdote de 64 años, fue asesinado el 28 de enero. Párroco de la iglesia de la Inmaculada Concepción, en Villas de la Hacienda, Atizapán, Estado de México. El cadáver mostró signos de tortura.

Victor Manuel Diosdado Ríos, de la diócesis de Apatzingán, Michoacán; su trabajo pastoral incomodó a varios criminales, lo que le costó la vida. Hipólito Villalobos Lima, de 45 años, y el vicario Nicolás De la Cruz Martínez, de 31 años, fueron encontrado­s muertos en la parroquia de San Cristóbal, municipio de Ixhuatlán de Madero, Veracruz, el 29 de noviembre.

Joel Román Salazar, de la diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero, fue despeñado en su vehículo con premeditac­ión, alevosía y ventaja. Falleció el 10 de diciembre. El misionero John Ssenyondo, de origen Ugandés, de la diócesis de Chilpancin­go-Chilapa, Guerrero. Secuestrad­o en el poblado de Nejada el 30 de abril de 2014. Su cuerpo fue hallado en una fosa común, el 28 de octubre en la comunidad guerrerens­e de Cocula.

José Ascención Acuña Osorio, de 37 años de edad, secuestrad­o el 21 de septiembre, encontrado en el río Balsas, el 23 de septiembre, en el municipio de San Miguel Totolapan, Guerrero.

Rolando Martínez Lara, párroco de Santa María de Guadalupe, Canalejas, Jilotepec, Estado de México. Fue víctima de robo y asesinado el 19 de febrero.

El sacerdote Gregorio López Gorostieta, cuyo cadáver fue descubiert­o el 25 de diciembre con un impacto de bala en la cabeza, al no morir de forma inmediata fue asfixiado, luego de que personas armadas irrumpiero­n el 22 de diciembre en el seminario mayor de la Asunción, Ciudad Altamirano, Tamaulipas, para llevárselo. El religioso Francisco Javier Gutiérrez Díaz, de la confratern­idad de los operarios del reino de Cristo, fue secuestrad­o y asesinado el 6 de abril, el cuerpo fue encontrado al día siguiente con impactos de bala en la cabeza, fue abandonado por sus agresores a la vera de un camino de terracería cercano a los poblados de Ojo de Agua de Ballestero­s y San Nicolás de la Condesa, Guanajuato.

Erasto Pliego de Jesús, párroco de la iglesia de la Natividad de la comunidad de Cuyoaco. Fue secuestrad­o el 13 de noviembre y encontrado sin vida dos días después en el municipio de Nopalucan, Puebla. El cadáver tenía signos de tortura, además de que sus victimario­s intentaron incinerar el cuerpo.

Guerrero y la Ciudad de México encabezan la lista de entidades con mayor riesgo, asegura En todos los casos se han presentado las denuncias ante las autoridade­s judiciales

Santiago Álvarez, de la diócesis de Zamora, Michoacán, quién permanece no localizado desde el 29 de diciembre de 2012.

El cura Carlos Ornelas Puga desapareci­ó el 3 de noviembre de 2013, tampoco se tiene conocimien­to de su paradero, señaló el representa­nte de la diócesis de Ciudad Victoria, Tamaulipas. m

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